Con el nombramiento de José Luís Ábalos como ministro de Fomento y Carmen Montón como ministra de Sanidad, el histórico de delegados estatales valencianos asciende a 15 desde que la Democracia fue instaurada en 1977. Un número que representa el 7,6% de los ministros de los distintos ejecutivos desde Adolfo Suárez. En total, 195 (a falta de contabilizar la lista completa de Pedro Sánchez) donde el "poder valenciano" ha tenido muy poca representación. Nueve delegados bajo los gobiernos socialistas de Felipe González y José Luís Rodríguez Zapatero (José Solbes repitió), cuatro del PP con José María Aznar y Mariano Rajoy y uno de Unión de Centro y Democracia, Fernando Abril Martorell, con Suárez en Moncloa.

Entre los 15 ministros, no todos son valencianos de nacimiento. Así, José Manuel García Margallo, el último ministro con escaño por Alicante, está empadronado en Xàbia pero madrileño de nacimiento, igual que Federico Trillo, murciano que obtuvo representación en la cámara por Alicante o Leire Pajín, nacida en San Sebastián pero criada en Benidorm.

Con Ábalos al frente de la cartera de Fomento y Montón en la de Sanidad, los datos de paridad apenas mejoran. Solo cuatro mujeres han sido ministras. Carmen Alborch lo fue en Cultura, Leire Pajín en Sanidad y Maria Teresa Fernández de la Vega fue la vicepresidenta de Zapatero, ministra de Presidencia y Portavoz del Gobierno. Ella es, de los 15 ministros, la que más arriba llegó en Moncloa. Sin embargo, Pedro Sánchez sí que ha incluido la paridad como requisito en la formación de su ejecutivo y la entrada de Montón contribuye al equilibrio.

Estos datos aún resultan más llamativos si se comparan con la representación que Madrid ha obtenido en los distintos gobiernos en democracia, que llegan a 54, o de Andalucía, de donde han salido 27 o de Castilla y León, que fueron nombrados 22.

Solo 64 representantes valencianos desde 1710

La regla del 10 %, cifra que representa aproximadamente el peso poblacional de la Comunitat Valenciana en España, no sirve cuando de ministros se trata. De hecho, queda bastante lejos esa tasa, ya que a lo largo de la historia solo un 5,3 % de los delegados ha sido valenciano. Así lo demuestran los números. Desde 1705, año en que no había ministerios pero sí secretarías de Estado o despachos, ha habido 65 representantes valencianos.

Si se echa la vista un poco atrás, quien dice poco dice dos siglos, fue en 1810 cuando nombraron el primer ministro valenciano. Se trata del marino y matemático Gabriel Ciscar, quien dirigía el despacho de Marina. El oriundo de Oliva terminó sus días refugiado en Gibraltar gracias a una pensión que le enviaba el duque de Wellington.

Pero fue en la II República cuando los valencianos tuvieron más peso en un gobierno estatal, cuando hubo mayor concentración. En concreto, en la legislatura de Alejandro Lerroux, donde en las butacas del gabinete se sentaban Ricardo Samper, Vicente Cantos, Joaquín Chapaprieta, Joaquín Dualde, Federico Salmón y Luis Lucía. No se ha vuelto a ver tal representación valenciana desde entonces. Se aproximaron, eso sí, los gobiernos socialistas de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, con cinco valencianos cada uno.

Por carteras, una de la que más veces han probado los delegados de las tres provincias ha sido la de Agricultura, desde que se creara en 1931. Cirilo Cánovas, Fernando Abril Martorell, Pedro Solbes y Vicente Albero fueron sus responsables. Por delante de Agricultura estuvo la de Gobernación (actual Interior), aunque no en la época reciente, salvo la corta experiencia del socialista Antoni Asunción. En este sentido, han ostentado a lo largo de la historia este cargo Alberto Aguilera, Manuel Beltrán de Lis, Manuel Dánvila, Joaquín María López, Joaquín López Puigcerver, Eleuterio Maisonnave, Trinitario Ruiz Capdepón, Ruiz Valeriano, Vicente Sancho y Francisco Santacruz. Los ministerios ahora extintos de Gracia y Justicia y Guerra y Hacienda también acogieron un número importante de valencianos, algo bastante normal porque son los más antiguos. Existen desde 1714.

Sin embargo, la cartera que más se resiste es la de Educación. Solo tres hombres la han llevado desde que se creara en 1900 (aunque ha ido cambiando su nomenclatura desde entonces: Instrucción Pública, Educación Nacional?). El triunvirato está formado por Elías Tormo, Joaquín Dualde y José Luis Villar Palasí, conocido este último como el padre de la EGB y el BUP, implantados en 1970.

Franco no quería valencianos

Tras la abultada presencia de altos cargos de primer escalafón durante la II República, llegó la sequía. Franco no quería ministros valencianos. O al menos eso se puede interpretar a partir de las cifras, ya que en 40 años de dictadura solo hubo cinco. Andrés Amado se encargó de la cartera de Hacienda en las Juntas Técnicas de Estado que precedieron al primer gobierno del dictador y la mantuvo durante dos años. Por su parte, Vicente Mortes fue titular de Vivienda en el tardofranquismo, entre 1969 y 1973. Cirilo Cánovas estuvo en Agricultura entre 1957 y 1965, el mencionado José Luis Villar Palasí en Educación y Descanso entre 1968 y 1973, y Herrero Tejedor fue ministro del Movimiento durante unos meses en 1975.