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Entrevista

"La gente no puede venir a España a hacer investigación, faltan equipos"

"Nuestro descubrimiento es importante, por ejemplo, para la fibrosis quística. Ahora podemos desarrollar fármacos", asevera el Nobel de Química de 2017

Entrevista premio Nobel de Química

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Entrevista premio Nobel de Química Victoria Salinas

¿Qué le parecen candidaturas que optan a los premios Jaume I?

He tenido tiempo de revisarlas. Me ha sorprendido mucho su nivel y el gran nivel de implicación que hay con proyectos europeos e internacionales.

Su descubrimiento, que le ha valido el Nobel, es determinante para entender mejor las moléculas. Ahora se pueden ver como nunca antes.

Durante muchos años, las moléculas se han determinado a una resolución atómica a través de la cristalografía radiográfica. Hay más de 100.000 estructuras en las bases de datos. Conocer la estructura de la molécula es la base para entender su función y la forma en la que funciona en la célula y cuando la conoces a este nivel puedes diseñar fármacos. La cristalografía por rayos X ha sido muy exitosa en hacer esto durante años pero dejó un gran hueco porque hay muchas moléculas que no pueden ser cristalizadas y su estructura no podía ser descubierta. Ahí es donde entra la microscopía electrónica porque a través de métodos que yo desarrollé es ahora posible conseguir estructuras de moléculas que no pueden ser cristalizadas y si hay suficiente resolución se puede reconstruir un modelo atómico. En otras palabras, no es nada completamente nuevo, es una extensión de un proceso de visualización existente para moléculas que hasta ahora no se podían ver.

¿Y cuál será el siguiente paso?

Las moléculas que ahora podemos ver y antes no, la particularidad es que son importantes en la comunicación entre las células o dentro de la células, porque son moléculas receptoras o canales que van a través de la membrana y transportan partículas de cloro, por ejemplo, o hierro. Hay muchos canales y receptores diferentes como los de dolor. Este descubrimiento en particular es importante, por ejemplo, para el conocimiento de la fibrosis quística, una enfermedad a la que muchos niños no sobreviven, por una mutación específica del canal de cloro. Gracias a las técnicas que he desarrollado en colaboración con el resto de personas, es posible explorar y tener una visualización a muy alta resolución y ahora podemos desarrollar fármacos que podrían hacer que moléculas que no funcionaban, pasen a funcionar.

Y no solo para la fibrosis quística, creo que este descubrimiento también es una esperanza para otras enfermedades raras.

Sí, para muchas, estamos en el primer nivel. Aunque una vez tienes la estructura de la molécula, pasan muchos años hasta que puedes desarrollar un fármaco pero sí, es un primer paso necesario. No puedes hacerlo sin él.

Nació en Alemania pero ha desarrollado su carrera como investigador en Estados Unidos. ¿Fue una decisión personal o se vio empujado a ello?

Realmente es una combinación. Después de sacarme el doctorado en 1970 tuve la oportunidad de ir a Estados Unidos durante dos años. Conocí una forma diferente de hacer ciencia, mucho más democrática: los estudiantes eran reconocidos por sus contribuciones y no se les hacía de menos. Me atraía esa forma de hacer ciencia. Después volví brevemente a Alemania y no había lugar para mí, era 1973 y había una crisis económica importante. Conseguí un puesto en el laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge y al cabo de dos años y medio recibí una oferta de Albany, del estado de Nueva York. Como ya había estado en Estados Unidos sabía lo que podía esperar. No fue una decisión difícil, en Alemania no había alternativa.

¿Cree que hubiera conseguido el premio Nobel si no hubiera estado en Estados Unidos?

Es muy difícil de decir. Creo que lo hubiera podido conseguir en cualquier otro sitio. Lo que es más importante es que estaba en un ambiente protegido, a mi aire, y no tenía que estar luchando por conseguir dinero, no me distrajeron las obligaciones como profesor... creo que eso me lo hubieran podido dar en cualquier otro sitio. Las ideas no vienen del ambiente, fueron los contactos hechos, las conversaciones, los intercambios con otros intelectuales lo que me permitió llegar donde llegué.

Pero el ambiente es importante, lo digo por la situación de los investigadores en España y por tener que dedicar tiempo a conseguir fondos.

Estoy en una organización europea llamada Instruct que apoya la biología estructural y en la que participan diferentes países. Por España participa uno de mis antiguos alumnos postdoctoral en Estados Unidos que aquí organizó un muy buen grupo, el CNB (Centro Nacional de Biología) en la Universidad Autónoma de Madrid. Estoy en el comité asesor y he podido seguir lo que está pasando en España. El hecho de que este grupo sea de software ya te dice que no hay dinero para el hardware, para equipos. El poder de este grupo ha puesto, sin embargo, a España en el mapa porque han sido capaces de hacer aportaciones realmente importantes. Creo que solo hay un microscopio en Bilbao pero España no tiene equipos ni instrumentación para hacer crío-microscopía. En ese sentido, España está completamente vacía. La gente no puede venir a hacer investigación.

La ciencia necesita dinero.

Correcto. Con dos grandes microscopios más, uno aquí y otro en Barcelona, se conseguiría marcar la diferencia pero cada uno vale cinco millones de dólares.

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