No son pocos los perfiles que Pedro Sánchez puede encontrar en la Comunitat Valenciana para el segundo escalón de su nuevo Gobierno.

Artemi Rallo suena en todas las quinielas. El diputado, catedrático de Derecho Constitucional, es el actual portavoz del PSOE en la comisión del Congreso que investiga la financiación del PP. Fue diputado bajo el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero y dirigió entonces la Agencia Española de Protección de Datos, por lo que no sería un recién llegado a las instituciones.

Además, es el cabeza de lista del PSPV por Castelló, seguido por Susana Ros, muy próxima a Sánchez desde que compartieron bancada en el Congreso. De nombrar a Rallo en algún cargo, su escaño pasaría a Ros, una carambola que satisfaría a distintas sensibilidades.

Se da por hecho además que Sánchez demostrará su sensibilidad hacia el Botànic captando algún cargo. Dado que es posible que integre algún miembro de Compromís, una opción vista con buenos ojos en el Palau sería la de Josep Vicent Boira, actual secretario autonómico de Territorio, para un hueco en Infraestructuras.

Por la parte socialista, Blanca Marín, ahora número dos de Economía, sería una opción, así como Julián López, actual director general de Análisis en Presidencia. Sus opciones crecerían siempre que Adriana Lastra entre en el consejo de ministros. Francesc Colomer para Turespaña, el exalcalde de Elx Alejandro Soler y Toni Ferrer, que fue mano derecha de Cándido Méndez en UGT, son otras posibilidades.