No hace ni dos meses que el nuevo Ministro de Cultura y Deportes paseaba por la redacción de Levante-EMV presentando "Firmamento", la, de momento, última de las seis novelas que ha publicado. «Me gusta la literatura porque me fascina la mentira -explicaba en la entrevista-. Siempre me ha resultado más atractiva que la verdad». El nuevo cargo obligará a Màxim Huerta (Utiel, 1971) a dejar la mentira (literaria) de lado y volver al camino de la verdad que suele regir el periodismo, el oficio que empezó a abandonar en 2014 cuando ganó el premio Primavera de novela por "La noche soñada". «Ya me siento más escritor que periodista, un escritor que trabaja en la televisión un ratito», señalaba entonces en otra entrevista a este periódico. Pero pese a ser ante todo escritor, ha seguido ligado al medio que le ha hecho popular, la televisión (en el programa "Destino de viajes" que emitió La 1 en 2016), además de colaborar en distintos medios de comunicación radiofónicos y escritos.

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad CEU San Pablo de Valencia y máster en Diseño Gráfico e Ilustración Editorial por el Instituto Europeo de Diseño Madrid, el cuarto ministro valenciano del gabinete de Pedro Sánchez se inició como periodista local en Buñol, el pueblo al que su familia se trasladó cuando Màxim apenas tenía un año de edad. Allí llegó a ser becario en el ayuntamiento que dirigía entonces el socialista Andrés Perelló.

Persona muy cercana al nuevo presidente del Gobierno, Perelló ha contado en alguna ocasión que fue él quien le recomendó a un directivo de Telecinco que fichara al joven periodista Huerta. Allí, en 1999, pronto comenzó a ganar popularidad presentando distintas ediciones de la cadena privada. No era, de todas formas, su primera experiencia televisiva ya que antes el ahora ministro había estado en los servicios informativos de Canal 9 y antes en la prensa comarcal de la Hoya de Buñol y el Camp de Túria.

Pero sin duda, la decisión que marcó su carrera la tomó Màxim Huerta en 2005 cuando Ana Rosa Quintana le fichó como copresentador de su espacio matutino, donde cambió la actualidad informativa por la crónica social. Diez años después abandonó por sorpresa AR para, según explicó, centrarse por fin en su carrera literaria.

Huerta será sin duda uno de los perfiles más mediáticos del Gobierno de Sánchez. No en vano acumula más de 170.000 seguidores en Instagram, cerca de 30.000 en Facebook y 324.000 en Twitter. Algunos de los mensajes que durante años ha ido dejando en las redes sociales pueden volver del pasado para interferir en su nuevo cometido ministerial, como aquel en el que, haciendo referencia al deporte, se quejaba de «que (sic) manera de sobrevalorar lo físico!».