Tanto para la ya ministra Carmen Montón como para su sucesora, la ya consellera de Sanidad, Ana Barceló, ayer fue el día de primeras veces. Casi de forma paralela, ambas estaban formando parte de su primer consejo (el ministerial para la primera, el pleno del Consell para la segunda) después de una semana de infarto desde que el pasado viernes triunfara inopinadamente la moción de censura de Pedro Sánchez.

A Montón le ha dado algo de tiempo de hacerse composición de lugar desde que el martes se conociera su nombramiento como ministra hasta que ayer participó en su primer consejo de ministros. Menos tiempo ha tenido Barceló. El jueves por la tarde se conocía su nombramiento y ayer a las 8.30 horas de la mañana ya estaba prometiendo su cargo en el salón Dorado del Palau de la Generalitat para permitir que pudiera, a renglón seguido, participar ya en el pleno del Consell.

Con la mano sobre la Constitución y el Estatuto de Autonomía Barceló prometía su cargo, en castelló, para recibir después los parabienes del president Ximo Puig y lavicepresidenta Mónica Oltra, además de los otros seis consellers que han estado presentes.

«Me voy a dejar la piel», adelantó la abogada, que reconoció estar «orgullosa y contentísima» de haber sido elegida para el reto. En sus primeras palabras ya habló colocar a las personas en el centro de las políticas sanitarias, siguiendo las políticas de su antecesora, a la que lanzó las primeras peticiones: a la ministra Montón le pidió que «se acuerde» de las «justas» reivindicaciones de la C. Valenciana (como los 300 millones de la atención a despalzados) al tiempo que aseguró que esperaba su colaboración. En respuesta, Montón desde Madrid y a través de su Twitter le deseó «mucha suerte» y recordó que comparten camino «en la defensa del derecho a la salud de todas y todos».

Y del Palau de la Generalitat a la Conselleria de Sanidad. Siguiendo con su día de primeras veces, Barceló se trasladó a media mañana al que va a ser su centro de trabajo durante el próximo año en la calle Micer Mascó. Allí, y d ela mano del director general de Asistencia Sanitaria, Rafael Sotoca, recorrió despachos y estrechó manos porque «el trabajo sigue» y la intención era «ponerse al día» cuanto antes.

Poco después de su toma de posesión oficial, Barceló ya tenía deberes sobre la mesa. La tercera pata en la que se apoya el Pacte del Botànic, Podem, recordaba el compromiso que deja atrás la consellera Montón y en el que también se ha implicado casi de manera personal el president Puig: revertir también a manos públicas el área de Dénia. El portavoz de Sanidad de Podem, Daniel Geffner, instaba a Barceló a que éste fuera su primer objetivo recordando que fue uncompromiso del president «para esta legislatura» y que se anunció que, antes del verano se abriría el proceso definitivo de negociación con la concesionaria.

Desde el Consejo de Enfermería, Cecova, también dieron la bienvenida a Barceló y, también, con encargos: contar con la enfermería al frente de las políticas sanitarias.