Mavi Mestre: "Vamos a hacer una Universitat centrada en las personas"

Mestre, que ganó las elecciones al rectorado el 6 de marzo, recogió el premio arropada por «una mesa de lujo», como ella mismo subrayó. A su lado se sentaban cuatro valencianas que son un referente en la ciencia, el feminismo, la judicatura y la empresa: la fiscal y consellera de Justicia, Gabriela Bravo; Hortensia Roig, presidenta de EDEM Escuela de Empresarios, cuyo centro universitario está adscrito a la UV y también a la Universitat Politècnica (UPV); la prestigiosa oncóloga Anna Lluch, catedrática de Medicina General y jefa del Departamento de Hematología y Oncología del Hospital Clínico de València; y la profesora, exministra de Cultura y escritora, Carmen Alborch, quien entró en la historia de la UV en 1985 al convertirse en la primera decana de la Facultat de Dret de València. Tanto Lluch como Alborch han recibido la Medalla de la Universitat.

También participaron en el desayuno coloquio el alcalde de València, Joan Ribo; el secretario autonómico de Educación, Miquel Soler; y tres vicerrectores del equipo de Mestre: Isabel Vázquez (Estudios), Antoni Ariño (Cultura) y Jorge Hermosilla (Proyección Territorial).

En representación del periódico, además del director, asistieron al acto el consejero delegado de Prensa Ibérica para la Comunitat, el economista Juan Antonio López Ruiz de Zuazo, y el director general de Contenidos de EPI en València, el periodista Cruz Sierra.

Monreal explicó que para Levante-EMV, «como diario comprometido con la igualdad y la Universitat», la gran noticia de marzo fue la victoria de Mestre en las elecciones, convirtiéndose en la primera rectora de una universitat pública de la Comunitat. El director destacó los «lazos sólidos» que unen a este diario con la Universitat: «programamos en común Claustre Obert y lo seguiremos haciendo».

Mestre recibió emocionada la portada personalizada de este diario con fotos de los momentos más intensos de su carrera hacia el rectorado. La rectora agradeció a los redactores gráficos del diario el haber sabido captar en imágenes sus «emociones positivas».

«Levante-EMV me ha acompañado durante toda la campaña electoral, que ha sido intensa», relató. «Hemos trabajado mucho y este periódico siempre ha estado ahí para informar, por ello estará siempre muy ligado a mi carrera como rectora en los próximos cuatro años, dando a la sociedad información de primera mano», remarcó.

Mestre incidió en que junto a su consejo de dirección -«es un gran equipo y me da mucha seguridad», apostillo- «afrontamos estos próximos cuatro años con muchísima ilusión y ganas de trabajar por hacer una transformación hacia una Universitat centrada en las personas» que componen la comunidad universitaria: estudiantado, Personal Docente e Investigador (PDI), y Personal de Administración y Servicios (PAS). «Tenemos que trabajar mucho -prosiguió- por mejorar la enseñanza, la investigación y la transferencia, así como insistir ante el nuevo Gobierno en la reversión de los recortes que desde 2012 están afectando mucho a las universidades públicas».

«Símbolo de la nueva sociedad»

Ribó define como «histórica» la llegada de Mestre al rectorado. «Es un símbolo de la nueva sociedad valenciana y española, donde las mujeres están ocupando los puestos de responsabilidad que les corresponde», dijo. Hortensia Roig, considera que una mujer asuma el timón de la mayor universidad valenciana «es un paso adelante». «Es muy importante que por fin tengamos rectoras en las universidades públicas» de la Comunitat, añadió.

Alborch insistió en que «la importancia» del techo de cristal roto por Mestre «no es solo porque sea una mujer, sino porque es ella: una catedrática con mucha experiencia, ilusión y entusiasmo». Una visión que comparte Gabriela Bravo, quien resaltó los valores de «capacidad, experiencia y profesionalidad» que se unifican en Mestre, cuyo rectorado «será muy positivo para el mundo universitario».

Todos coincidieron en la necesidad de romper el techo de cristal que impide a la mitad de la sociedad ocupar los puestos de responsabilidad, tanto en instituciones públicas como en la empresa privada, que le corresponde por sus méritos y capacidad. Un techo que, según lamentó Anna Lluch, «muchas veces nos ponemos nosotras mismas» al asumir en solitario responsabilidades que deberían ser compartidas como la crianza de los hijos, el cuidado de los mayores dependientes o las tareas domésticas.

«Avanzar en corresponsabilidad»

En este sentido, Hortensia Roig, abogó por avanzar en «la corresponsabilidad y la complementariedad» a la hora de compartir las cargas familiares. Una relación equilibrada que según Lluch se debe trabajar no solo desde la escuela sino también en la calle, el hogar y la televisión mediante modelos de convivencia. Una reflexión refrendada por Miquel Soler, al recordar que «la física cuántica no se aprende en las calles, los valores sí: en las escuelas valencianas se trabaja a diario la coeducación y la igualdad con los niños y niñas, pero este esfuerzo se diluye si lo que ven en casa o en tele es todo lo contrario»