La vicepresidenta del Consell y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, presidirá esta tarde (16.30 h.) la reunión de la comisión mixta de Atención y Acogida a Personas Desplazadas y Refugiadas, convocada con carácter de urgencia para coordinar la llegada del barco Aquarius a València, que se prevé, como pronto, para el próximo jueves.

Se coordinará un operativo en el que participarán Aduanas, Delegación del Gobierno, la Autoridad Portuaria y agentes sanitarios entre otros, que prepararán un «dispositivo importante», según el Consell.

Este organismo contará con distintas áreas de los departamentos del ejecutivo valenciano como Igualdad, Sanidad, Educación, Transparencia y Economía Sostenible, la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, las tres diputaciones provinciales, la Universitat de València y las entidades Accem, Cepaim, Cruz Roja, Cear, Cáritas y Acnur.

Esta comisión tendrá como principal cometido «ver las necesidades y los recursos» de los que se disponen, y establecer una «hoja de ruta» para la acogida de los migrantes.

Cabe recordar que la Comunitat Valenciana, a raíz de la crisis humanitaria de Siria en 2016, habilitó una red asistencias con 1.400 plazas para personas refugiadas, 96 pisos, 133 ciudades-refugio, 600 plazas en albergues y 192 habitaciones en domicilios particulares para atender la llegada de refugiados procedentes de Grecia, Italia, Turquía y Líbano. Sin embargo, a finales de 2017, apenas un centenar de esas personas había entrado en la Comunitat Valenciana.

El Centro de Acogida al Refugiado (CAR) de Mislata, por ejemplo, contaba ayer con apenas 8 plazas libres de las 120 que dispone, y permanecía a la espera de novedades respecto a la llegada del Aquarius.

Gran parte de las plazas para refugiados depende de las ONG que forman parte de la comisión mixta, como es el caso de Cruz Roja. Esta entidad se preparaba ayer para el posible dispositivo para recibir a los 629 migrantes. «Se trata del dispositivo que tenemos en toda la costa del sur de España, Ceuta y Melilla. Tras el desembarco se hace un triaje médico para conocer quién necesita una atención médica o un traslado hospitalario. A los que estén bien se les da ropa limpia y seca, comida y agua. A partir de ahí, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado valoran cada caso», explica Íñigo Vila, de Cruz Roja, quien aclara que es el Gobierno de España el que, en caso de que se les considere refugiados, tendrá que determinar el lugar de acogida.

Por su parte, el cardenal arzobispo Antonio Cañizares constituyó ayer un gabinete de coordinación con los recursos de la Iglesia en València para asistir a los ocupantes del buque «a fin de que no ahoguen sus destinos», según el Arzobispado.

Desde Médicos Sin Fronteras se alertó ayer del nerviosisimo de los 629 migrantes que siguen en el barco y se aseguró que muchos de ellos necesitan atención médica. «Los 629 rescatados están en condiciones estables, pero el riesgo de que la situación empeore a lo largo del día es cada vez mayor», alertó la ONG.

El doctor David Beversluis, a bordo de la nave, apuntó que algunos de los recogidos por el Aquarius presentan síntomas como «hipotermia, sobreexposición solar, deshidratación y cosas más graves».

En este sentido, UNICEF Comité Español y Save the Children solicitaron una atención específica para los 123 menores a bordo del buque.

La Organización Internacional para las Migraciones reveló que el número de llegadas de migrantes a Italia a través del Mediterráneo ha disminuido un 80% en 2018 (13.808), mientras que a España se ha duplicado (8.309 llegadas).