El diplomático Inocencio Arias fue el que ayer se hizo las fotos con Ximo Puig y los nuevos ministros. Si el coloquio hubiera tenido lugar hace tres años, en ese puesto hubiera estado Eduardo Zaplana, que presidió el Club Siglo XXI hasta julio de 2015. No hubo mención alguna alguna al ahora encarcelado. El dato, no obstante, señala el perfil de los socios de la entidad. Así que una de las primeras preguntas que el líder del PSPV tuvo que afrontar en la capital es si València es un «país catalán». No, fue la respuesta sencilla y corta de Puig, que después de un silencio señaló las importantes relaciones económicas y culturales con Cataluña para concluir que ningún partido valenciano con representación defiende la idea de unos Països Catalans.

Puig, que habló de fake news cuando le preguntaron por la financiación irregular del PSPV, también tuvo que responder sobre si el proyecto educativo del Consell no era la repetición de los errores realizados en Cataluña. «No hay problema lingüístico en la C. Valenciana. El modelo es el que proponen el PP y Cs en Cataluña y allí no recurren», aseveró.

La lengua y los fanáticos

«La lengua y la identidad afectan a emociones y la ciudadanía se inserta en imaginarios fanáticos, yo estoy en contra de los fanatismos por definición», sentenció con cierta indignación.

Además de los ministros, Puig estuvo arropado por diputados socialistas valencianos (Artemi Rallo, Ciprià Ciscar y Ana Botella), el senador y expresidente Joan Lerma, el conseller Vicent Soler, el portavoz en Corts Manolo Mata, el diputado Fernando Delgado y el delegado para la UE Joan Calabuig. De Podemos estuvo Rosana Pastor. De los socios de Compromís, nadie. Salvador Navarro (CEV) y José Vicente Morata (Cámara de Comercio) fueron la representación empresarial. Arturo León (CC OO) e Ismael Sáez (UGT), por los sindicatos. Pilar Caro (Conexus), Vicente Inglada (UCE) y el exministro Ángel Gabilondo fueron otros asistentes.