Las autonomías y los ayuntamientos han comprometido de forma inadecuada algo más de 35.000 millones entre 1995 y 2016. «Una cantidad que ascenderá a más de 51.000 millones en los próximos años si se tienen en cuenta los compromisos ya adquiridos», alertan los autores del estudio Aproximación a la Geografía del despilfarro, publicado por el Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles.

«En unos casos, los proyectos han sido abandonados o permanecen inconclusos después de centenares de millones de inversión», detallan. En este apartado incluyen «proyectos singulares» como la Ciudad de la Luz en Alicante, que ha costado 398 millones. Entre los que definen como «cajas vacías» incluyen la Ciudad de las Artes y las Ciencias o la Marina (427, 5 millones de inversión) de València . «La falta de proyecto una vez terminada la obra indica que no había una idea previa sobre el contenido o que no existía una programación acorde con la entidad y el coste del proyecto», insisten.

En ocasiones, añaden, «la ausencia de un socio tecnológico acreditado frustró desde el inicio proyectos de gran envergadura como el parque temático Terra Mítica», en Benidorm con una inversión de 255 millones. En cuanto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias añaden que es «una gran infraestructura cultural infrautilizada y con sobrecostes extraordinarios».

Infraestructuras inacabadas

También destacan obras con «sobrecostes elevados, que permanecen inacabadas o que no justifican la inversión, los costes de mantenimiento y la deuda contraída durante décadas », como la paralizada línea 2 del metro de València que ya ha costado 133 millones. Entre los aeropuertos regionales fallidos citan el de Castelló (220 millones).

Además, apuntan que la Comunitat, «optó por el impulso de grandes eventos para "situar en el mapa" a algunas de sus ciudades y al conjunto de la C. Valenciana. Tras una inversión de, al menos, 5.225 millones, el balance es negativo en rentabilidad económica y social», recalcan. Aquí incluyen los 252 millones del circuito de F1.

Ponen el foco tanto en «la mala gestión de la ampliación de Feria de Valencia», como en «el quebranto a las arcas públicas (más allá de la dimensión penal) provocado por Ciegsa». En torno a la gestión del agua, afirman, «también ha habido numerosos casos de despilfarro (y corrupción)». Aquí subrayan el caso Emarsa, en el que establecen en 23,7 millones el coste de la gestión fraudulenta de la depuradora.