Desde una mujer que se ofrece a pelar patatas, «algo tendrán que comer», apunta, a un joven que no le importa ayudar aunque sea transportando cajas, u otra chica que pone a disposición dos habitaciones de su casa donde poder alojar a al menos un par de refugiados del ´Aquarius´. La ciudadanía se ha volcado en los últimos días ofreciendo todo tipo de ayuda y colaboración tanto a Cruz Roja, que coordinará la primera atención a los 633 inmigrantes que llegarán el domingo al Puerto de València, como al resto de ONGs que prestarán su apoyo, como Cáritas Diocesana, Accem, Acnur, Cear, Fundación Cepaim y Valencia Acoge.

En tan solo 48 horas el centro de coordinación de Cruz Roja ha recibido ya más de 400 llamadas y otros tantos correos de gente que quiere ayudar, ofreciéndose como voluntarios, preguntando de qué forma podían colaborar o haciendo una aportación económica o de material y comida.

«Se están archivando todas y cada una de las llamadas, con nombre, DNI, teléfono y aquello que ofrecen, para coordinarlo e ir solicitando la ayuda conforme sea necesaria», explican fuentes de Cruz Roja. De hecho, estas mismas fuentes aseguran que los recursos humanitarios, tanto sanitarios como sociales, están ya cubiertos. Respecto a la ayuda material se han habilitado distintos puntos, aunque por el momento todavía se está organizando porque hay determinados productos en stock.

«Es muy importante la coordinación, porque nos están llegando productos de higiene, alimentación genérica, de droguería, y por eso se están haciendo grupos», explican desde Cruz Roja. Los primeros equipos de Emergencias están integrados por más de 70 personas y ofrecerán atención sanitaria, psicosocial y bienes básicos a las personas migrantes y refugiadas. También procederán a la identificación de menores no acompañados y de mujeres embarazadas o con niños y niñas de corta edad, que necesitarán especial apoyo y asesoramiento.

Por su parte, desde Cáritas Diocesanas de València han recibido otras quince llamadas de personas que quieren colaborar como voluntarios. «Aunque no haya hecho el curso puedo ayudar llevando cajas», apuntaba Rafael, un joven sin experiencia como voluntario. «Mucha gente ya ha colaborado con nosotros pero otros es la primera toma de contacto», explica Ana, quien recuerda la llamada de una mujer que se ofrecí a ayudar aunque fuera «pelando patatas». «A Cáritas parroquiales les hemos dicho que no cojan cosas porque no sabemos aún que van a necesitar, no tenemos mucha capacidad logística y es más fácil recaudar dinero ante las posibles necesidades que surjan», argumentan. Otro ejemplo de solidaridad son las 800 solicitudes que ha recibido la Dirección de Política Lingüística de la Conselleria de Educación de personas que ofrecen sus servicios también como intérpretes.

La ONG Valencia Acoge también pide «cautela» y aboga por una ayuda de forma coordinada después de recibir decenas de mensajes de gente que quiere «prestar su casa y sus saberes». «No es cuestión de ir todos a ayudar al puerto, sino de exigir que se les asegure una atención jurídica y documental», insiste Ana Fornés. «No se puede jugar con la vida de estas personas, ni mercadear con ellas, todas deben ser consideradas víctimas de catástrofe al ser rescatadas del mar», remarca.