El «sí» a Juan Carlos Fulgencio es un «no» a Arcadi España, el jefe de gabinete del presidente de la Generalitat, el socialista que él quería para al cargo. En la operación participaron nombres de peso en el partido, como Manolo Mata, un «sanchista» fiel a Puig, un puente entre ambas sensibilidades. Su gestión discreta en Madrid no prosperó. El «sanchismo» valenciano no estaba dispuesto a esa concesión y ya no intentó pactar un nombre. La lectura interna es que se trata de un movimiento de ajedrez mirando al medio plazo. Puig ya anunció que no optaría a un mandato más como secretario general del PSPV. Ante esa perspectiva, Ferraz ha rechazado regalar la plataforma de la delegación a un colaborador de Puig. Se la queda Ábalos para labrar el terreno que está por venir.