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Entrevista

Antonio Estañ: "El Consell ha estado demasiado cómodo con el poder económico"

El líder de Podemos aboga por entrar en el Gobierno valenciano en 2019 si es posible una reedición del Botànic para «poder ser determinantes en el rumbo del Ejecutivo»

Antonio Estañ, apoyado en la fachada del edificio de las Corts. fernando bustamante

Entró en Podemos por la puerta del 15M. Continúa convencido de que el partido de Pablo Iglesias, en cuya corriente interna no se sitúa, es el mejor instrumento de transformación de la sociedad, aunque ha cambiado. Para bien y para mal, dice. Responde con frases que verbaliza sin prisa, bien masticadas. mientras baja la cabeza en busca de sí mismo y de sus pensamientos. El ambiente es el de un despacho funcional hasta la frialdad del que deja limpia de papeles la mesa antes de apoyar sus codos.

Ha cumplido un año al frente de Podemos en la Comunitat Valenciana. ¿Lo volvería a hacer?

Sí. Nos hemos esforzado en el trabajo municipal y estoy bastante orgulloso de cómo se han consolidado las candidaturas.

¿El filósofo Estañ ha aprendido este año a resistir estoicamente?

Soy bastante estoico, sí. Me parece una escuela interesante en política práctica. Se aprende a que lo ideal no te evite lo mejor. Es decir, has de tomar decisiones que no están en el campo de lo ideal, sino de lo posible. La política de partidos está muy alejada de lo ideal.

Empezando por el final, ¿qué le parece que parte de los ocupantes del «Aquarius» acabe en centros de internamiento?

El gesto de recibir al «Aquarius» nos hace sentir orgullosos, pero no puede quedarse ahí. Ha de haber un cambio general en las políticas de extranjería. No queremos que nadie acabe en un CIE. Ni estos ni nadie. El gesto es insuficiente, por tanto.

¿Ha sido un error de Pedro Sánchez no abrir el Gobierno a otros socios?

Se verá. Pero habría conseguido mayor pluralidad y estabilidad, porque ahora solo le apoyan sus diputados. Si se repiten los proyectos llevados a la Cámara no debería ser difícil entenderse. Eso esperamos.

¿Esa postura no significa asumir que fue un error no entrar en el Consell en 2015?

Jugamos un papel distinto aquí, donde hay otra fuerza, Compromís. Hemos desarrollado la labor que nos marcamos de vigilar un pacto estable y con unos objetivos claros. Ahora, la urgencia de echar a Rajoy fue lo que unió a todas las fuerzas sin plantear condiciones.

¿A la vista de ese marco, la opción en 2019 si se dan los números es entrar en el Consell?

Depende de la hoja de ruta del Gobierno. Si se entra es para poder ser determinante en el rumbo del Gobierno. Eso dependerá de la relación de fuerzas que haya. Si se mantiene o amplía nuestra posición, mi postura es la de entrar.

Pero las encuestas pronostican un retroceso de Podemos en la Comunitat Valenciana.

Si por las encuestas fuera, no existiríamos. A lo que me refiero es al espacio en el bloque del Botànic para ser garantía de determinadas decisiones. Nos preocuparía no poder marcar esas prioridades.

¿Qué ha hecho mal en estos tres años el Consell de Ximo Puig y Mónica Oltra?

Ha habido dudas a la hora de romper con inercias del pasado. Tienen que ver con la construcción por el PP de un contexto político y económico a su imagen. A veces ha temblado el pulso en lo económico y en el modelo territorial. La construcción y el turismo son sectores muy importantes, pero son los que han producido la precariedad en el empleo. Hay que diversificar el modelo. Luego, hay decisiones clave, como apostar por Puerto Mediterráneo o por el comercio local, o por la ZAL o un corredor verde.

¿Le parece complaciente con el poder empresarial el Gobierno de Puig y Oltra?

A veces se ha estado cómodo de más. El modelo productivo no se cambia en cuatro años, pero sí se ponen las bases, y a veces se han tomado decisiones más pensando en no molestar que en ir hacia un proyecto que favorece a la sociedad en su conjunto.

¿Está descartado un pacto preelectoral con Compromís?

Habría que preguntar más a ellos.

¿Quiere decir que Podemos sí está dispuesto y ellos, no?

Es la sensación que tenemos a partir de las declaraciones. Pensamos que es necesario sumar a la mayor cantidad de partidos y movimientos al espacio del cambio y eso ha de partir de una construcción desde abajo, no de una negociación de listas, y parece que no están por la labor, ya sea por equilibrios internos o por la relación con la presidencia de Ximo Puig. Ellos dirán.

¿Ese diseño que sitúa a Podemos más cerca de Compromís que del PSPV se puede traducir como que preferirían a Mónica Oltra de presidenta antes que a Puig?

Es evidente que con Compromís compartimos proyecto estratégico vayamos con ellos o no a las elecciones. Eso nos une más a Compromís que al PSPV.

¿Más a Oltra que a Puig, por tanto?

Si Oltra es la candidata de Compromís, pues sí, claro.

¿Y Antonio Estañ será el candidato de Podemos?

No hay que vincular la secretaría general a la candidatura. Mi papel es conseguir que el candidato sea el mejor para el proyecto. Si los compañeros deciden que soy yo, aquí estaré.

¿Y si Podemos entra en el Consell en 2019 se ve como conseller?

Es muy pronto para eso. Habría que ver de qué perfiles se dispone y quién puede desempeñarlos.

¿Alguien de la Vega Baja, como usted, observa adoctrinamiento cultural y lingüístico en los colegios públicos?

No. Esto muestra la falta de proyecto del bloque conservador, que ha de tirar de Cataluña. No hay ningún tipo de adoctrinamiento. Es un insulto a los profesores plantearlo. Deberíamos centrarnos en un proyecto valenciano propio y a veces se ha flaqueado también en eso.

Y usted que viene del sur, ¿qué conclusión saca sobre la vertebración valenciana? ¿Falta mucho?

Sí. A día de hoy es evidente que no se ha conseguido y debe ser una prioridad. Han faltado gestos. Muchas veces es cuestión de eso. Las periferias se pueden ir quedando despenjades de lo que se va consiguiendo en València ciudad.

¿Se ha sentido a menudo un extraño en València?

No diría tanto, pero todo el poder simbólico, cultural y político está aquí y cuesta mirar más allá. Un ejemplo: se ha hecho una ley de protección de la huerta de València, pero no de la Vega Baja, cuando son las dos con más cualidades de España, según informes europeos.

En un examen de identidad...

Yo sé quién es el Genovés [ríe].

¿Y qué casilla es la suya: más español que valenciano, tan español como valenciano o más valenciano que español?

De la Vega Baja y tan español como valenciano.

¿Ve una amenaza independentista en la C. Valenciana?

En absoluto. Responde al proyecto histórico del PP y ahora de Ciudadanos de confrontar con Cataluña. Aunque ha habido cierta sensación de maltrato por el Gobierno de Rajoy no ha habido una desconexión con el proyecto estatal. Por eso estamos en situación privilegiada para mediar en la crisis territorial y para ser ejemplo.

¿Màxim Huerta no podía mantenerse en el Gobierno por eludir impuestos?

Claro, porque un ministro que es responsable del dinero de todos no puede haber defraudado a Hacienda.

¿Y lo de Pablo Echenique con su asistente es ético (la Inspección de Trabajo le multó por tenerlo sin contrato) ahora que los niveles suben?

En el resto de países de la UE no se plantearía hablar de niveles de ética. Este caso se ha comparado con el de Monedero, que sin sentencia y sin cargo público abandonó el partido. Lo de Echenique, sin ser cargo publico tampoco, no tiene punto de comparación.

¿La monarquía le merece respeto después del caso Nóos?

El caso muestra cómo se ha usado la monarquía para medrar política y económicamente. No le hace ningún favor a una institución que ya es difícil de justificar. No se entiende cuál es su papel.

¿Qué medida aprobaría mañana si el Consell le diera una hoja en blanco?

¿Solo una? Ejecutar los presupuestos para ampliar el parque de viviendas, que es algo ya firmado y que Barcelona está haciendo. Estamos en una burbuja de alquiler, tenemos viviendas vacías y hay que aportarlas.

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