Las 630 personas migrantes que València se comprometió a acoger el pasado lunes, quedaron completamente a salvo (o al menos por el momento) cuando el último barco de la flotilla del «Aquarius», el «Orione», con 250 personas a bordo, atracó a las 13.00 horas en el puerto de València.

Momento en el que las últimas personas del «Aquarius» dejaban atrás el ya emblemático barco que les dio cobijo durante más tiempo del deseado.

Una hora después de la llegada del «Orione» al puerto, el equipo de Sanidad Exterior aún no había comenzado el proceso de asistencia primaria y, por tanto, las personas a bordo del barco tampoco habían empezado a desembarcar. En su lugar, permanecían sentados en la cubierta en busca de alguna sombra bajo la que cobijarse.

Habían pasado ya dos horas y 15 minutos y aquellos que creían que la pesadilla que comenzó en el Mediterráneo acabaría nada más llegar al puerto de València comenzaban a darse cuenta de que el proceso se alargaba más de la cuenta. Fue entonces cuando algunos de ellos empezaron a desembarcar, a pisar tierra firme después de tantos días.

«Hoy es un día de sensaciones contradictorias. Hoy España es noticia mundial y lo es por un acto de sinceridad, fruto de un bloqueo italiano que condicionará la operación de futuros rescates en el Mediterráneo. Pero para nosotros salvar vidas no es un crimen, somos médicos y es nuestra labor asistir a todos aquellos que lo necesiten», indicó David Noguera, presidente de Médicos Sin Fronteras.

Fin del desembarco

Asimismo, el voluntariado de Cruz Roja Española llegó a realizar en total, con el final de los desembarcos, hasta 144 traslados a hospitales.

De estas, 21 personas eran mujeres. La mayoría de ellas fueron atendidas por «dolencias leves». Una de ellas, la del «Dattilo», por estar embarazada.

Asimismo, otros dos menores fueron atendidos por heridas. Y el resto eran varones que presentaban insuficiencia respiratoria, dolor torácico, fractura de pie, retención de líquidos o deshidratación, entre otras «patologías menores».

En una primera valoración, el equipo de Cruz Roja explicó que solo se prevé un máximo de seis ingresos. Estos seis se producirían, en un primer momento, por cortes graves en las piernas o por enfermedades como diabetes.

«Estamos trabajando intensamente en atender toda necesidad física desde el primer momento. Es fundamental garantizar la hidratación con agua», destacó una de las portavoces del equipo de atención psicosocial de Cruz Roja Española.

La portavoz añadió que «es importante la gestión de las emociones en la atención médica, pues esta se basa en el tratamiento de síntomas variados y el acompañamiento psicológico mientras esperan, de modo que estas personas no se sientan solas».