Pese a lo sufrido cruzando miles de kilómetros, a los días varados y a una travesía marítima en la que el tiempo no acompañó, solo diez inmigrantes de los 629 que arribaron al puerto de València durante el domingo tuvieron que ser ingresados en el hospital el domingo.

Así lo concretó ayer la consellera de Sanidad Universal, Ana Barceló, que compareció en rueda de prensa para dar cuenta del operativo sanitario desplegado ante la llegada del Aquarius, el Orione y el Dattilo y que involucró a 150 profesionales sanitarios.

Según las cifas aportadas por Barceló, a pie de puerto recibieron una primera asistencia sanitaria 226 de las 629 personas que venían en los barcos por diversas patologías de las que ya se había dado cuenta como deshidratación, fiebre, quemaduras (por la combinación del fuel de los barcos con el agua de mar) o amputaciones de falanges de la mano.

Además, y tal como estaba previsto, se hizo un seguimiento sanitario especial tanto a los menores como a las embarazadas, seis en total y «en diverso grado evolutivo». Aunque eran siete las inmigrantes en estado de buena esperanza que iniciaron la travesía, la consellera confirmó ayer que una de ellas fue atendida ya en València tras sufrir un aborto y que el sangrado había comenzado, precisamente «durante la travesía».

De todos los atendidos, algo más de la mitad, 122 personas, fueron trasladadas posteriormente a varios centros hospitalarios para un reconocimiento más exhaustivo tras el que solo se decidió dejar ingresadas a 10 personas, una de ellas un menor.

Fue el único niño de todos los llegados que necesitó atención médica ya que el otro acudió al hospital «acompañando a su madre» ya que se decidió trasladar a todo el núcleo familiar si uno de sus integrantes necesitaba atención.

De los diez ingresados, cuatro fueron hospitalizados en el General, dos fueron trasladados al Hospital Clínico, otros dos al Arnau de Vilanova, uno al Hospital La Fe todos en la ciudad de València.

Los motivos fueron desde problemas renales o metabólicos (algunos inmigrantes diabéticos habían sufrido descompensaciones durante el viaje) aunque la consellera no quiso concretar las patologías ni el estado de los ingresados para «preservar su intimidad».

Con todo, advirtió que durante las próximas horas se esperaba de hecho que los inmigrantes ingresados fueran recibiendo el alta ya que todos presentaban patologías leves.

Tarjetas SIP para todos

Siguiendo las pautas marcadas por el gobierno del Botànic, la condición administrativa no es un problema a la hora de tener una asistencia sanitaria completa pese a lo marcado en la legislación nacional por lo que la Conselleria de Sanidad Universal ya ha repartido las primeras 226 tarjetas SIP a los primeros inmigrantes a los que se atendió en el puerto.

Gracias a ellas y pese a no disponer aún de papeles, estas personas podrán ser atendidas «en cualquier centro de salud», según recordó ayer la consellera: «Sanidad Universal para todos».

Solo se habrían repartido estas primeras 226 «por agilidad» aunque el objetivo es que todos los inmigrantes rescatados por el Aquarius frente a las costas de Italia tengan la suya propia en los próximos días.