Para el buscador de gangas en supermercados, la oferta es irrestible: un kilo de jamón loncheado a 4,99 euros cuando lo habitual es encontrar por ese precio solo 250 gramos. Pero, a veces, lo barato puede salir caro: la marca principal que aparece en el envase es la de una empresa de jamones de Cheste, sin embargo, el responsable de envasar el producto es la firma de Alzira que fue clausurada el jueves por almacenar y reenvasar jamones y productos cárnicos caducados y en condiciones higiénicas deplorables, con moho, suciedad y heces de roedor.
Quien quiera aún puede adquirir ese kilo de jamón a 5 euros en algunos supermercados del área de València ya que pese a que la Conselleria de Sanidad y la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria (Aecosan) han lanzado una alerta sanitaria a toda España sobre el almacén «clandestino» de productos cárnicos en Alzira, todavía no se ha informado ni tomado medidas sobre qué tiendas podrían estar vendiendo al por menor estos jamones y el resto de productos que se reenvasaban en las naves.
Según dejaron constancia los inspectores de Sanidad, en la empresa se almacenaba producto caducado, algunos sin envoltorio y en un entorno lleno de suciedad, grasa, moscas e incluso heces de roedores. El negocio estaba en reintroducir en el mercado, presuntamente, jamones y productos que ya habían sido retirados tras superarse la fecha de caducidad: se eliminaban las partes enmohecidas para lonchear, reenvasar al vacío y volver a etiquetar: ni rastro del origen ni de la primera fecha de caducidad. En el kilo de jamón a cinco euros a la venta, la fecha de caducidad incluso queda lejana: el 1 de diciembre de 2018.
Desde el Ministerio de Sanidad -del que depende Aecosan- aseguraron ayer que se había dado aviso a través de la red de alerta a todas las comunidades y que la alerta se actualizaría de manera «puntual» según se fuera «disponiendo de nueva información» que pudiera resultar «útil para que el consumidor pueda reconocer los productos implicados». No aportan datos concretos todavía de productos como el kilo de jamón a 5 euros.
Una trama a nivel nacional
La investigación, de hecho, continúa abierta, según aseguraron ayer fuentes de la Guardia Civil, que ha clausurado también empresas que operaban de forma semejante en otras regiones de España en la denominada Operación Paola. Según daba cuenta ayer Economía Digital, esta investigación -capitaneada por un juzgado de Fregenal de la Sierra, en Badajoz- habría decomisado ya «400.000 kilos de jamones, embutidos y carnes no aptos para el consumo» en varias naves de Badajoz y Cáceres en una trama que implicaría a «30 empresarios» y con la que estaría directamente vinculada la empresa de Alzira.
Al menos, el modus operandi parece ser el mismo: nutrirse de jamones y productos cárnicos caducados que debían de haber sido destruidos para reenvasarlos con nuevas fechas de caducidad y reintroducirlos en el mercado. El operativo que lleva la Guardia Civil de Badajoz también está abierta por lo que fuentes oficiales declinaron ayer aportar dato alguno.