A doce días del duodécimo aniversario del accidente del 3 de julio de 2006, la exgerente de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), Marisa Gracia, declaró ayer por primera vez como investigada en la causa que investiga el siniestro que costó la vida a 43 personas y heridas a otras 47.

Una comparecencia que no superó la hora ya que Gracia sólo respondió a las preguntas de su letrada y a las dos cuestiones que quiso formularle la titular del Juzgado de Instrucción 21 de València.

La exgerente de FGV se sacudió cualquier responsabilidad sobre la seguridad ferroviaria en la empresa ferroviaria que dirigió desde 2004 hasta 2012. Gracia nunca se ha considerado ni «responsable política» ni «técnica» del accidente de 2006, como declaró el 21 de enero de 2016 en la segunda comisión de investigación del accidente del metro en las Corts, cuando aún no estaba imputada en la causa judicial del metro.

Aunque ayer dio un pasó más en este centrifugado de responsabilidades y aseguró que ella no se encargaba de la seguridad ferroviaria de Metrovalencia porque «era una cuestión de todos los que intervenían en la explotación» ferroviaria del metro. Un argumento de defensa que descarga en sus subordinados cualquier responsabilidad sobre el siniestro.

Una táctica que ya han utilizado otros investigados por el accidente del metro. Como Vicente Contreras, director adjunto de explotación en 2006 y número dos de la gerente, y Francisco García Sigüenza, director técnico de FGV y considerado el «número 3» de la empresa.

Ambos derivaron en sus subordinados, sobre todo en el responsable de la jefatura de estudios y proyectos, la responsabilidad de supervisar la instalación del Frenado Automático Puntual (FAP), el sistema de seguridad instalado en la Línea 1 cuando se produjo el accidente, y la colocación de las balizas de frenado que podrían haber evitado o minimizado el accidente del metro del 3 de julio.

Y, aunque dirigió la empresa durante nueve años (con un sueldo de 75.000 € anuales) y presidía el comité de seguridad en la circulación de FGV, Gracia también aseguró ayer ante la jueza y la fiscal que sus subordinados no le trasladaban los detalles del comité «sólo las cuestiones del día a día». Y a pesar de permanecer casi una década como la máxima responsable de la empresa ferroviaria también defendió que «nunca me llegaron noticias sobre los excesos de velocidad».

La Asociación de Víctimas del Metro 3 de Julio (Avm3j) aseguró que la declaración de la exgerente de FGV no les «vale» porque era «la máxima responsable de la gestión de FGV», lo que incluye «labores de dirección y gerencia, no sólo de representación».

Y le recordaron que sus responsabilidades la obligaban a coordinarse con sus subordinados y conocer, por su asistencia al Comité de Seguridad en la Circulación, «los riesgos» por lo que «debió tomar medidas para evitar el accidente».

También declaró ayer como testigo el subjefe de la Línea 1 quien, en un tono altanero y desafiante según fuentes conocedoras de su declaración, defendió que todo era perfecto en la línea del accidente, que nunca hubo incidentes ni tampoco supo o le comunicaron «nada anormal» sobre la línea.