Apenas año y medio de cárcel. Ese es el tiempo que han permanecido en prisión provisional José Cardona Serrat y Martín Rafael Chanzá Almudéver, los dos pederastas reincidentes detenidos en julio de 2016 dentro de la Operación Trinity por la UCO de la Guardia Civil en València, por haber prostituido, presuntamente, a al menos 17 menores -14 de ellos de familias extranjeras sin recursos del Cabanyal- durante una década.

La decisión judicial ha sorprendido si se tiene en cuenta que ambos son reincidentes: Chanzá ha sido condenado tres veces en firme por delitos sexuales contra menores y Cardona, dos veces.

De hecho, tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV, la primera detención de ambos se produjo en 1994, cuando la policía nacional los detuvo por pertenecer a la mayor red de pederastia y pornografía infantil detectada jamás en València, red a la que también pertenecía Vicente Soler Romaguera, un falso médico asesinado en su piso de la avenida Peris i Valero de València en diciembre de 2016, casualmente cinco meses después de la última detención de Cardona y de Chanzá por pederastia, a manos de la UCO, aunque el crimen no guarda relación con la operación policial.

Tras el arresto de ambos, la jueza de Tortosa (Tarragona) que centraliza la instrucción de la causa ordenó prisión provisional para ambos. Y así permanecieron hasta que, en febrero pasado, la magistrada, a petición de las defensas de los dos acusados, accedió a dejarlos en libertad bajo una fianza tildada de «muy baja» por fuentes jurídicas.

Tanto Cardona como Chanzá fueron condenados el 25 de noviembre de 1996 por la sección quinta de la Audiencia Provincial de València por la red de pederastia y pornografía infantil desmantelada por la Policía Nacional dos años antes.

A Cardona, por ejemplo, se le probaron diez delitos de utilización de menores para grabar pornografía infantil y un delito de prostitución de un menor discapacitado. Los 23 años iniciales de condena se quedaron finalmente en 6 cuando el Tribunal Supremo confirmó parcialmente la condena al año siguiente.

Chanzá también fue condenado por la misma red, que estuvo grabando actos sexuales con menores entre 1986 y 1994, cuando ambos fueron detenidos.

Un año más tarde de la sentencia, en 1998, Cardona, que ya había sido investigado por pederastia incluso antes de 1994, recurrió en amparo al Tribunal Constitucional. El alto tribunal sentenció en noviembre de 1999 que no había razones para atender sus demandas.

Investigación tras investigación

Para entonces, con sendas penas de cárcel confirmadas solo dos años antes, ambos habían vuelto a las andadas y estaban siendo de nuevo investigados por corrupción de menores y producción de material pedófilo por el Juzgado de Instrucción 1 de València.

La sección primera de la Audiencia de València condenó el 28 de mayo de 2002 a ambos, de nuevo, por pederastia: Cardona, a 4,5 años por abuso sexual continuado a menores, y Chanzá a una pena algo más elevada por un delito continuado de abuso sexual, otro de abuso sexual intentado y un delito continuado de exhibición de material pornográfico.

El Tribunal Supremo confirmaba la sentencia el 11 de julio de 2003. Ambos acudieron de nuevo, sólo dos meses después y pese a la condena en firme y el rechazo anterior, al Tribunal Constitucional. Tres años después, en 2006, el alto tribunal volvió a rechazar su demanda de amparo.

Al poco de salir de prisión, reanudaron su actividad, según las investigaciones de la UCO, que estima que los chicos del Cabanyal empezaron a ser prostituidos por los ahora detenidos hace al menos una década, es decir, en 2008.