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Voluntariado

El abrazo de las otras madres

La asociación Mamás en Acción lleva tres años acompañando en el hospital a niños que están solos - Acumulan 9.000 horas de asistencias realizadas en La Fe, el Peset, el Clínico y el General

El abrazo de las otras madres

No hay nada más duro para unos padres que estar en el hospital con uno de tus hijos. No hay nada más duro para un niño, que estar en el hospital sin unos padres. No es algo habitual, pero es una cruda realidad que se da en los hospitales valencianos: niños que no tienen a nadie que les acompañe al pie de la cama en las largas horas de hospitalización.

Son algunos de los que menos se habla, el eslabón más débil de una cadena en la que puede haber un hogar destrozado, unos malos tratos o un entorno desestructurado y la falta de recursos de una administración que no cuenta con personal suficiente en los centros de acogida donde hay, actualmente, más de mil niños tutelados, según cifras de la Conselleria de Bienestar Social.

Sin buscarlo, Mª José Gimeno, se dio de bruces con esta realidad hace cinco años. Con una vida «perfecta» - un buen trabajo y una familia que la llenaba- una casualidad la abocó a mirar más allá. «Lo tuyo no son problemas, hay niños que están en el hospital sin nadie que los cuide», fue la frase que lo inició todo. Preguntó y le confirmaron: estaba pasando. Aquello la removió tanto que no paró hasta abrir el camino para poder echar una mano, pero una mano de verdad: estar allí cuando hiciera falta. Así nació hace cinco años la asociación de voluntariado Mamás en Acción. Por una casualidad, una frase.

Fue el 13 de junio de 2013. Mª José reunió a 20 personas que, como a ella, se le revolvieron las tripas al conocer la historia de ese niño que estaba solo en La Fe y fundaron la asociación. «A ese niño nunca lo pudimos atender pero fue el que lo inició todo», reconoce.

Y es que, recién llegadas al voluntariado, pronto entendieron que debían «hacerse un nombre» y ganarse la confianza para poder trabajar en un entorno tan delicado. Empezaron entonces a ayudar allí donde están los niños tutelados por la Conselleria de Bienestar Social: en los centros de acogida. «Empezamos a dar clases de repaso, a hacer acompañamientos, celebrar cumpleaños...», recuerda. De repente eran 40 y, al año, eran ya 80 personas comprometidas pero aún tuvo que pasar otro año más para que pudieran pisar un hospital. «Fue a los dos años de empezar a trabajar cuando recibimos la primera llamada de La Fe», rememora. Era el primer caso y, según Mª José, el más duro al que se han enfrentado de las 9.000 horas de acompañamiento en hospitales que llevan hasta ahora. «Estuvo cuatro meses en el hospital, le operaban todos los martes y todos los viernes y además debía estar aislado y con vigilancia... fue muy duro».

Preparación emocional

Tras este bautismo de fuego, en la asociación se dieron cuenta de que necesitaban una salvaguarda emocional. Así, y con ayuda de psicólogos, diseñaron herramientas para poder afrontar este acompañamiento en las mejores condiciones. «Tenemos rituales de inicio, de despedida y controles para asegurar que quien está allí está en disposición de jugar, de hacer reír, de acompañar, como lo haría cualquier padre y en las mejores condiciones».

Aquel niño lo superó y ellas (y ellos, porque para ser Mamá en Acción no hace falta ser ni mamá, ni mujer) siguieron creciendo. Cinco años después son 500 personas comprometidas que hacen acompañamientos las 24 horas del día a niños sin familia cuando los responsables de la administración no llegan a estar con ellos en el hospital. «Estamos donde van los niños. A La Fe más porque es de referencia en Peditaría pero estamos también en el Clínico, en el General y en el Peset».

En estos tres años han dejado huella allá donde van. «Están haciendo una labor importantísima. Nosotros destacamos lo que ellas dan, y ellas, sin embargo, destacan lo que reciben», asegura José Ramón Mínguez, director del Área Clínica Infantil del Hospital La Fe que destaca, sobre todo, su implicación personal. «No están cubriendo horas por cubrir, están haciendo el papel de padres y madres. Es excepcional contar con ellas, también por su disponibilidad», añade.

Ayudar, sea como sea

«'¿Cómo lo hacéis? Yo no podría' .... sí es una de las frases que más oímos pero, realmente, recibes más de lo que das, ya sea en el hospital, celebrando un cumpleaños o ayudando en lo que sea», asegura Mª José. Aún así, entiende que no todo el mundo está preparado para enfrentarse a esa realidad pero, como subraya «tan importante es que te pongas la camiseta como que ayudes con cualquier aportación».

La asociación ha crecido y, con ella, los gastos. Solo por el pago de seguros y para la salvaguarda de datos sensibles que manejan, los gastos fijos anuales superan los 20.000 euros. Acaban de ser reconocidas como asociación de utilidad pública y reciben apoyo de empresas. «Además, en nuestra web 'vendemos' días del calendario para que la gente pueda colaborar».

El siguiente paso es la profesionalización (tienen apoyo del programa «Talento solidario» de la Fundación Botín para ello) y la expansión a otras ciudades de España en las que quieren replicar el modelo. Abrazar, contar un cuento o jugar con quien más lo necesita.

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