Ya lo adviritió el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, el pasado sábado, en el cónclave con empresarios, sindicatos y dirigentes políticos que tuvo lugar en el Palau: el Consell va a agotar hasta el último recurso que esté a su alcance para que los tramos ferroviarios entre Sagunt y Zaragoza y València y Madrid vuelva a entrar en el mapa de la red transeuropeaque se dio a conocer el pasado viernes y del que ha quedado excluida.
Al margen de la reunión que Puig mantendrá con el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, esta misma semana, para tratar que este revierta la situación que dejó su antecesor en el cargo, Iñigo de la Serna, con el anterior Gobierno del PP, y de los contactos que el presidente pueda mantener en su viaje a Bruselas para evitar que la Comunitat Valenciana quede excluida de la inversión plurianual que tiene prevista aprobar el Consejo de Ministros de la UE el próximo viernes, desde los despachos de la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, se está trabajando a contrarreloj para tratar de demostrar la importancia que tienen estas conexiones.
Los técnicos están preparando un informe comparativo del volumen de mercancías transportadas, la población y el PIB que se genera entre la línea Sagunt-Zaragoza y el resto de proyectos que sí que han entrado en el mapa de transportes, según apuntó el secretario autonómico, Josep Vicent Boira.
La intención del dirigente autonómico es que el estudio esté acabado esta misma semana para que pueda llegar a las estancias europeas antes del próximo viernes. «Estamos intentando aportar datos objetivos que motiven que el Sagunt-Zaragoza debería entrar en las inversiones previstas», señalaba el número dos de la conselleria ayer a este periódico.
De ese modo, desde la Generalitat han abierto varios frentes con los que, si no lograr que el trazado se incluya en el mapa antes del viernes, al menos intentar que quede encima de la mesa y ganar tiempo para seguir trabajando a diferentes niveles y conseguir que se escuchen las reivindicaciones históricas de los agentes sociales de la Comunitat Valenciana.
«Por una parte tenemos la presión política y la valoración de que el Ministerio de Fomento debería corregir la situación y, por otro, las evidencias de un informe que ofrezca esos datos objetivos», explicaba Boira.
El secretario autonómico ya adelantaba, de hecho, algunas magnitudes que, a su entender, carga de razones a la Comunitat Valenciana para no quedar fuera de la red transeuropea. Por ejemplo, a nivel de transporte de mercancías, la suma del resto de sectores que sí que han entrado en el corredor Atlántico supone apenas el 20 % de lo que operan los puertos de València y Sagunt.
Por otra parte, según los datos que ya manejan desde la conselleria de Vivienda, «si nos basamos en el PIB y en la población, en todo el resto de sectores con los que Europa sí que cuenta para el periodo 2021-2027, en suma, supone la mitad del volumen que se mueve en el Sagunt-Zaragoza», indicaba Josep Vicent Boira.
Con todos estos datos, lo que se busca desde la Generalitat es dejar claro que «resulta muy extraño que el tramo Sagunt-Zaragoza se quede fuera», sentenciaba Boira.
La idea es que el informe llegue ya esta misma semana a la UE y no esperar al plazo de presentación de alegaciones, aunque siempre se podrá quemar ese cartucho más adelante. De hecho, como publicó ayer Levante-EMV, la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez Piñeiro ya está trabajando en esta cuestión.
La UE prevé una inversión de 30.600 millones de euros para construir el mapa ferroviario transeuropeo en los próximos años. El pasado viernes, como un auténtico jarro de agua fría, se daba a conocer que la Comunitat Valenciana quedaba fuera del plan.
Tanto desde el Consell como los empresarios contaban con poder disponer de un trazado Atlántico-Mediterráneo que uniera el eje València-Madrid-Lisboa. Sin embargo, la propuesta pasa a ser Barcelona-Madrid-Lisboa. El tramo entre Sagunt y Zaragoza, por su parte, también desaparecía de la conexión Cantábrico-Mediterráneo.
