Mi gran amigo Sergio Requena Agulló murió inesperadamente este fin de semana en las montañas de Navalón, cuando estábamos disfrutando de nuestro viaje de fin de curso de la asociación Asindown. Habíamos salido juntos de Valencia, estábamos en la misma habitación del albergue; yo dormía en la litera de arriba y él dormía en la litera de abajo, junto con nuestros compañeros Ángel, Jaume, Juan y Sergio Griñón. Éramos amigos de toda la vida porque tenemos la misma edad y hemos compartido muchas fiestas de cumpleaños que ya nunca se repetirán.

Sergio era una gran persona, con un gran corazón y una sonrisa siempre en los labios. El baile y el deporte eran sus grandes pasiones, en eso también nos parecíamos. Le encantaban las artes escénicas y participó en muchos montajes de la asociación "Moments d'Art" de Valencia, aunque su familia era de Caudete y él vivía en el barrio de la Carrera de Malilla. Siempre recordaré cuánto le gustaba bailar, como a mí, y su gran sentido del humor.

Sergio tenía dos amigos muy especiales que ahora lo están pasando muy mal, como todos: Jaume y Lidia. Siempre estaban juntos, como los Tres Mosqueteros, y llegaron a participar en un tramo del Camino de Santiago el verano pasado, demostrando que las personas con discapacidad somos capaces de hacer muchas cosas.

La familia de Sergio es extraordinaria. Sus padres y sobre todo su hermana Jessica le apoyaban en todo. Este respaldo, junto a su optimista carácter, le ayudó a marcarse grandes metas, y a lograrlas. Escribo estas líneas para que la memoria de Sergio no se olvide y para que sus familiares sepan que estamos llorando junto a ellos. No podemos hacer mucho más, pero por lo menos que se sepa que era un gran ser humano.

Sergio era un muchacho ejemplar, símbolo de la nueva generación de personas con Sindrome de Down que estamos luchando por que se reconozca nuestro lugar en la sociedad. Perfectamente integrado en un puesto de trabajo, iba y venía autónomamente a todas partes. Sano y atlético, nunca se quejaba cuando había que hacer algún esfuerzo. Por eso no podemos todavía creernos que esto haya pasado y nos parece una terrible pesadilla de la más horrible Noche de San Juan que jamás hayamos vivido.

Aquel día nefasto nos levantamos e hicimos las camas. Después nadamos en la piscina y después de comer nos fuimos a lanzarnos por la tirolina, por eso llevaba un casco cuando lo encontraron. Éramos mucha gente y muy diversa, pero se supone que contábamos con una eficiente organización capaz de prever cualquier imprevisto. Me duele como si me aplicaran un hierro candente esas horas en que estuvo desaparecido, cuando estaba tan cerca y sin embargo no podíamos hacer nada por él; cuando esperábamos que reapareciera en cualquier momento y todo quedara en un gran susto. Pero no ha sido así. Todo ha transcurrido de la peor manera posible. Es injusto y esto no debe pasar nunca jamás.

Querido amigo Sergio: Estés donde estés recuerda que nunca nos vamos a olvidar de ti. Todos tus amigos y amigas, hermanos de la trisomía 21, estamos orgullosos de haber conocido a un hombre tan grande como tú. Queremos que se haga Justicia a tu memoria y que se aclare que pasó. Ayer eras nuestro alegre compañero en el campamento y hoy eres una brillante estrella en lo más alto del Universo. Te queremos y te querremos siempre, Sergio Requena Agulló.