Dice que no ha tenido tiempo ni de alegrarse por el cargo, el primero institucional que ocupa un hombre de partido, policía local de profesión (orgulloso de ello, apostilla) y que se «dejó la piel» en la campaña de Pedro Sánchez, en la que hizo muchos kilómetros a su lado y también al de José Luis Ábalos. No ha tenido tiempo tampoco ni de personalizar el despacho: solo un marco con el artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos (el de la libertad de opinión), que le acompaña allá donde va.
Antes de pisar la Delegación del Gobierno ejerció de intendente de la Policía Local de València, aunque lo suyo no es vocacional. Vocación, la de cura. De pequeño iba para sacerdote, confiesa. «Hasta que mi padre me llevó a la playa».
Hubiera sido periodista de haber podido elegir, pero se hizo electrónico industrial. En los años 80 le tocó reconvertirse y hacer «mil cosas»: coger naranjas, vender en mercadillos, trabajar en una fábrica de pescado... «Un día mi suegra me dijo que salían plazas de policía municipal (en Moncada)» y así acabó. «Aprendí a amar la profesión y su voluntad de servicio público».
Le queda por completar equipo en la delegación. «Las prisas no son buenas consejeras y los subdelegados están trabajando bien», así que los mantendrá hasta que puedaformar un grupo consistente.
Su predecesor quería ser un puente entre el Gobierno y los valencianos. ¿Cuál es su objetivo?
Los delegados del Gobierno tienen una función de transmisión bidireccional. El presidente Pedro Sánchez me solicita que sea los oídos de la C. Valenciana para poder atender las necesidades. No obstante, el Gobierno tiene excelentes ministros que las conocen.
¿Cree que cuenta tener ministros, eso del poder valenciano?
Claro que se nota. Es importante que el presidente haya reconocido la importancia de esta Comunitat.
¿Llega para hacer política o para ser el representante de las Fuerzas de Seguridad del Estado?
Dirigir los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado no es ni la única obligación ni la más importante. Existe una intención clara, que marca la ley, de definir las inversiones presupuestarias del Gobierno aquí, supervisar y vigilar el cumplimiento de la legalidad. Si mi misión fuera mayoritariamente la de coordinar las fuerzas de seguridad, esto sería un verdadero placer.
Por lo que decía de las inversiones. ¿Hay que conseguir que el presupuesto de España de 2019 supere los fondos destinados a la C. Valenciana?
Por supuesto. En esto no voy a ser tibio: la C. Valenciana está infrafinanciada y los datos están ahí. Se ha de resolver. Pero se ha de hacer de una manera completa y compleja. Con sosiego y con estudios. Y hablando no solo de las comunidades, porque los ayuntamientos tienen también un problema de financiación. No pueden quedar al margen.
Pide sosiego y estudios. ¿Cree que sería posible aprobar un nuevo modelo de financiación en esta legislatura?
El Gobierno seguro que va a poner todo el esfuerzo, pero hay una cuestión de fondo que me parece muy importante: qué modelo de Estado queremos. ¿Mantenemos el actual, que posiblemente necesita ser modificado?
¿Lo que dice es que el debate de la financiación se ha de ligar al del modelo territorial?
Si tenemos que estudiar la conformación del Estado y tenemos mucha prisa en cambiar el modelo de financiación, quizá son dos nociones que habría que combinar. ¿Pintamos antes la casa o ponemos el parqué? Quizá habría que definir antes hacia dónde queremos avanzar.
¿Para usted es necesaria una reforma territorial que permita un mejor encaje a Cataluña?
Sin ninguna duda. El Estado de las autonomías está absolutamente agotado, genera tensiones de toda índole, porque el legítimo afán de las comunidades de conseguir más medios lleva a tensiones. Seguirá ocurriendo si no tenemos a los distintos actores territoriales en igualdad de condiciones en un marco de corresponsabilidad, donde uno sabe qué tiene que hacer, qué ha de pagar y qué va a recibir.
¿Simétrico o asimétrico? ¿Café para todos o nacionalidades históricas con más atribuciones?
La Constitución reconoce las nacionalidades. Hay peculiaridades forales que han demostrado que tienen un mejor resultado. En todo caso, lo que hay que establecer son las reglas del juego, porque las actuales no nos valen, ya que crean tensiones. Los cambios en el sistema financiero han de venir dados de un diseño de hacia dónde queremos ir y cómo nos queremos relacionar entre territorios. Se trata, ligado a esto, de qué tipo de Estado del Bienestar queremos y qué impuestos vamos a pagar. Nos gusta que nos digan que los impuestos van a bajar, pero alguien paga las cosas.
¿España es una nación de naciones para usted?
Eso es una opinión particular que no voy a verter en este momento porque además se malinterpretaría.
En su toma de poseión repitió la palabra diálogo varias veces. ¿También con Cataluña?
Cataluña forma parte de España y muchos millones de catalanes quieren seguir formando parte. El sentimiento de pertenencia no se impone desde el BOE. Los matrimonios duran mientras la relación de pareja funciona. Hay que mantenerla y cuidarla. Necesitamos un nuevo marco en el que todo el mundo sepa qué es, qué debe hacer y qué le corresponde para no estar constantemente con el extintor.
¿Sería bueno en ese marco que la C. Valenciana tuviera una policía autonómica de verdad, tipo Mossos?
Eso da para otra entrevista de dos horas. El Gobierno de España apoyará la decisión que tome la C. Valenciana. Creo que la intención es aumentar efectivos y la nueva ley de coordinación de policías locales prevé la conformación de una policía autonómica, pero se ha de ver. Lo importante son las consecuencias, pensar en cómo quedarán los municipios.
¿Se ha producido en los últimos años una recentralización política que hay que revertir?
Hay modelos claros de Estado que responden a criterios ideológicos. Los que quieren más Estado lo quieren centralizado. Las políticas de quienes han gobernado han ido en este sentido.
¿Y hay que cambiarlas?
Evidentemente. La proximidad da resultado. Beneficia al funcionamiento armónico de las instituciones y a los ciudadanos.
¿Los intereses de los valencianos están por delante de los del Gobierno de España?
No veo la diferencia.
Puede haber dudas por un trasvase, por ejemplo.
Esta delegación representa los intereses del Gobierno de España, pero con un mandamiento político claro: facilitar el funcionamiento de las instituciones y el desarrollo de la C. Valenciana.
¿Le molesta que puedan haberse cuestionado las aptitudes de un policía local para un cargo de este calado?
Resultan un poco extraños en 2018 estos planteamientos. Me siento muy orgulloso de lo que he sido. La gente no tiene en consideración que son los cuerpos de funcionarios más formados que existen. Un porcentaje altísimo de los de València son licenciados universitarios.
¿Qué información tiene de los ramales del Corredor? ¿Le ha notificado Fomento si el anterior Gobierno informó a la Generalitat del proyecto?
Parece que es una cuestión aclarada. Había un diseño de infraestructuras que mejoraba el eje Atlántico, los proyectos estaban ahí con la priorización que marcaba el Gobierno de España. En todo caso, los ciudadanos no esperan de nosotros que estemos revisando lo que hicieron los anteriores, mirar atrás y polemizar. Tenemos que acostumbarnos a avanzar, no siendo revisionistas. El ministro de Fomento se ha manifestado con rotundidad: el Corredor Mediterráneo es imprescindible.
¿También la conexión con el Atlántico vía Madrid?
Claro. Por muchas razones, la primera es que hay que racionalizar: nuestra red de carreteras no es soportable. Las políticas han de avanzar hacia la sostenibilidad. Y en la Comunitat Valenciana tenemos un problema con las Cercanías. El área metropolitana de València ha de ser activada.
¿El recurso del plurilingüismo va a quedar abortado?
Hay una comisión bilateral, tenemos nuevos actores en ella y se tendrán que estudiar las condiciones. En todo caso, el Gobierno de España no puede hacer otra cosa que defender la legalidad. Dentro de ella hay dos opciones: el cambio de la norma, que requiere consenso y mayoría, y una interpretación de la norma lo más favorable posible. En esos términos se van a abordar los conflictos con la Generalitat.
¿Va a hacer sombra a Puig?
¿Yo? Ximo Puig es mi secretario general y presidente de la Generalitat.
Es su secretario general pero usted no lo apoyó. ¿Puede afectar?
No. El PSOE es pesadamente democrático hasta para decidir donde pone el botijo. Tenemos tradición de discutirlo todo, pero al día siguiente nos ponemos al lado del ganador. Yo, que siempre he perdido, lo he hecho siempre.
Ahora ya gana... ¿Quién es José Luis Ábalos para usted?
El ministro de Fomento.
¿Solo?
Una persona con la que he compartido muchos kilómetros y depepciones. En lo personal, he mantenido una relación excelente.
¿Ha sido determinante para su designación?
Que José Luis sea secretario de Organización es importante. Que le conozca a uno y sepa qué le mueve a estar en política es muy deterninante, pero también he estado los últimos meses con Pedro Sánchez. He hecho muchos kilómetros en su campaña porque estaba dispuesto a dejarme la piel y lo que hiciera falta en ese proyecto, porque creía en ese camino y no en otro. Y lo elegí yo.
¿Se ve de candidato a la secretaría general del PSPV en 2021? ¿El cargo puede ser un trampolín?
No. Llegar aquí supone estar aquí. Si algunas noches uno siente cierto grado de arrepentimiento por no estar leyendo en el pequeño jardín de casa, ¿secretario general del partido? No. Tenemos un excelente secretario general.
Pero Puig ha dicho que no se presentaría a la reeleción.
Sí, pero yo no criticaré si decide hacer otro planteamiento. El presidente, que ha demostrado una capacidad para hacer bien las cosas, reflexionará sobre sus decisiones.
¿Con Mónica Oltra ha hablado?
Coincidimos en los premios de Comunicación de la Generalitat, pero no he hablado todavía.
Si los resultados electorales se repiten en 2019. ¿Usted sería partidario de pactar con Compromís antes que Ciudadanos?
El PSOE ha creado mecanismos para que eso no lo decida, por suerte, una persona. Han de ser las bases. Yo me sentiré un poco más cómodo si estamos con Compromís que con Cs. Posiblemente sea más fácil desarrollar las políticas de los socialistas con ellos que no con Cs.
¿La operación sobre Jorge Rodríguez la calificaría de desproporcionada?
Este delegado manifestará siempre respeto por las decisiones judiciales, pero la contundencia de esta acción causó un asombro que todavía tratamos de digerir. Creo que se ha vuelto a producir un anticipo de la pena deteniendo a una persona que quizá podría haber sido llevada a declarar, si los delitos son la contratación de determinados directivos. Los políticos pueden cometer errores en las decisiones, y ha de haber reproche jurídico-penal, pero no puede haber escarnio hacia ellos y su entorno. Ese daño no se cura.
La gente del PP dirá también eso con sus detenidos y que entonces ustedes no decían nada.
Pues yo recuerdo la detención de Serafín Castellano con todos los medios de comunicación en su casa y no puedo compartir estas prácticas. No es necesario castigar a la persona y a su entorno. Pero insisto: no conocemos el sumario.
¿Debería continuar Rodríguez en la presidencia de la diputación hasta que se aclare todo?
Es consecuencia de las dinámicas del partido. Contesto como hizo el secretario de organización federal: el partido tiene que tomar medidas por muy dolorosas que sean porque hay que tranquilizar la situación. Tampoco gobernamos solos. Políticamente se nos ha hecho daño. Es un valor del partido.
¿Es o era un valor?
Para mí, es un valor y así lo voy a defender. Dejémosle el tiempo que requiera para aclarar la situación. Si algo tiene que pagar que lo haga, pero esto no es contar billetes en un coche. Todo no es igual.
