La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de València ha ordenado la búsqueda y detención de un hombre, de 31 años y nacionalidad boliviana, acusado de dos delitos de agresión sexual a una niña de apenas doce años después de no presentarse la semana pasada al juicio en el que tenía que rendir cuentas ante la Justicia. El presunto violador se enfrenta a una pena de 30 años de prisión, según la petición del Ministerio Fiscal. Por su parte, la defensa del procesado mantiene que es inocente y que su cliente nunca llegó a mantener relaciones sexuales, ni consentidas ni por la fuerza, con la menor, quien denunció los hechos en julio de 2017.

Debido a la incomparecencia del acusado a la vista oral que estaba señalada para el pasado martes día 19 de junio, la Audiencia Provincial ha ordenado su detención inmediata y puesta a disposición judicial para garantizar que no pueda huir del país, ya que existe un alto riesgo de fuga. Por un lado está que se trata de un ciudadano extranjero con familia en otro país que le puede dar protección y por el otro la elevada pena a la que se enfrenta, hasta 30 años de cárcel por dos delitos de agresión sexual a persona menor de 16 años aprovechando una relación de superioridad.

Los hechos, ocurridos en València, comenzaron en abril de 2016 cuando la víctima tenía solo doce años. El procesado, de 31 años y amigo de la familia de ésta, se fue ganando la confianza de la menor en cenas y reuniones familiares, hasta que un día le propuso acompañarla a una piscina municipal junto a su hija. No obstante, antes de recoger supuestamente a la hija menor del acusado, éste invitó a la víctima a comer en su casa para estar a solas con ella.

Aprovechando esta circunstancia, le propuso ir a su habitación a ver la televisión. Una vez dentro cerró con pestillo la puerta y trató de besarla. Cuando la menor se negó, el acusado, huido de la Justicia, presuntamente la violó «sujetándole con violencia las muñecas para que no se zafara», según el relato de hechos de la Fiscalía.

Después de este episodio violento la adolescente intentaba evitar al procesado, pero por miedo no le contó nada a su madre, quien ignorando lo ocurrido la animaba a ir al cine con éste y con sus hijas y a su domicilio. Así, a mediados del mes de agosto de este mismo año, el acusado volvió a agredir sexualmente a la menor, según el escrito de acusación. En esta ocasión el amigo de la familia recogió a la adolescente, con la excusa de que iban a comer con sus hijas. No obstante, antes de ello la llevó a su domicilio.

Por el camino paró en una farmacia, donde presuntamente compró preservativos. En el inmueble del acusado vivía una chica a la que había realquilado una habitación, por lo que esperó a que ésta se marchara de la casa para forzar sexualmente a la adolescente. Después de violarla se duchó y le dijo: «No digas nada de esto, eres una niñata y nadie te va a creer, yo lo voy a negar todo».

Durante casi un año la menor ocultó los hechos, hasta que un día su madre vio una conversación en el Whatsapp y le insistió sobre si tenía relaciones sexuales con algún chico. Fue entonces cuando la víctima acabó confesándole que había sido violada por este amigo de la familia, quien ahora se encuentra en paradero desconocido tras eludir acudir al juicio.