Con el inicio de julio llegó una nueva tanda de pruebas de la Oferta Pública de Empleo de la Conselleria de Sanidad. En este caso, 5.197 personas se presentaron para las 307 plazas ofertadas en las categorías de Enfermería Obstétrico-Ginecológica, Analistas programadores y de Sistemas, Médicos de Familia y Técnicos de Informática.

Los exámenes tuvieron lugar ayer en el Campus de Tarongers de València donde acudieron opositores de diferentes puntos de la Comunitat Valenciana, bien con el objetivo de consolidar su puesto o bien para lograr puntos que mejoraran su situación en las bolsas y lograr una plaza.

El sentimiento general que invadía a los aspirantes era de «desánimo», porque, aunque desde la cartera de la que es titular la consellera Ana Barceló se anunció hace tiempo que durante esta legislatura se ofertarán 18.000 plazas, lo cierto es que los ratios apuntan a que para conseguir un puesto de los 16 ofertados para enfermeros de Ginecología de turno libre, se presentaron más de 1.000 solicitudes, lo que representa que cada plaza tiene 63 pretendientes.

Julia Espert vino desde Alginet para hacer el examen tipo test, precisamente de esta categoría y, aunque considera que la prueba «es asequible, el problema es que solo hay 16 plazas libres de matrona para toda la Comunitat Valenciana, una escasez que complica mucho el acceso».

A estas plazas hay que sumar seis puestos más de promoción interna. Sheila Sanchis cuenta con la misma formación que Julia, pero ella vino desde Ontinyent. «Actualmente trabajo por currículum -bolsín interno- porque hace dos años que no se abre la bolsa, así que el empleo es temporal para cubrir bajas o vacaciones», explicó Sheila, quien terminó la residencia hace muy poco.

En el caso de Juan Ramón Sánchez, quien viajó desde Torrevieja para hacer el examen de Analista Informático, el panorama es diferente. Se ha estado preparando más de medio año para la prueba «con el objetivo de llegar a la consolidación de empleo», comentó, y es que lleva cerca de 20 años trabajando en el sistema público y actualmente lo hace en el Hospital de la Vila-Joisa.

En su opinión, «se han sacado muy pocas plazas ya que no están todas las vacantes». De la misma opinión es Pepe Ripoll, subordinado de Juan Ramón en el centro de la Vila. En su caso realizó la prueba de Técnico Informático y cree que «habría que planificarlo mejor y unificar toda la oferta de plazas, y no dosificarlas».