Casi cuatro horas duró la reunión que mantuvo la comisión de coordinación institucional de Compromís que aunó a la plana mayor de los tres partidos que lo forman (Iniciativa, Bloc y Verds-Equo) el mismo día en que Maria Josep Amigó asumió la presidencia en funciones de la Diputación de València tras la dimisión del expresidente socialista Jorge Rodríguez por la mañana.

Así, la ejecutiva de Compromís hizo una previsión de la reunión que mantendrá hoy el equipo de gobierno como primera toma de contacto «oficial» tras la dimisión de Rodríguez. Según apuntaron fuentes del partido, y en la línea oficial que se ha mantenido hasta ahora, no presentará candidato, sino que escucharán el proyecto del socialista Toni Gaspar y valorarán cómo encaja en el proyecto de Compromís.

A partir de la reunión de hoy, esperan que el relevo sea rápido. Todo apunta a que no se agotarán los plazos, sino que habrá celeridad en convocar los dos plenos para investir a un nuevo presidente. Mientras tanto, la «continuidad y la normalidad» serán las claves de la presidencia en funciones que ostentará Amigó (Compromís).

Así, tras un análisis en profundidad de estos tres años en la corporación y, en concreto, en Divalterra, los diputados provinciales explicaron a sus compañeros de partido los pasos que se han dado para «vaciar de competencias» la empresa pública.

De hecho, recordaron que Compromís siempre estuvo por la labor de suprimir las diputaciones y, por tanto, sus empresas satélite. Una tarea que se convirtió en ardua y lenta cuando accedieron al gobierno, pero siempre en la línea de «minimizar» el conjunto de la diputación dentro de la legalidad y de la complejidad de la empresa pública.

Una dimisión «a plazos»

Así, la única persona por parte de Compromís dentro de la «Operación Alquería» fue la cogerente de Divalterra, Agustina Brines, que fue apartada a petición propia de su cargo. A excepción de Rodríguez, que mantendrá la alcaldía de Ontinyent aunque temporalmente la delegará en Rebeca Torró, todos los investigados en la operación han abandonado sus cargos.

En el caso de Rodríguez, el portavoz del PSPV en las Corts, Manolo Mata, se mostró orgulloso de la dimisión del expresidente porque apuntó a que las líneas rojas «han sido durísimas». Para Fran Ferri, el síndic de Compromís, su dimisión fue «correcta».

Más duro se mostró su socio de gobierno. Antonio Estañ, secretario general de Podemos, elevó el tono al instar a Ximo Puig a «forzar la dimisión» de Rodríguez de la alcaldía de Ontinyent, porque «si alguien no está legitimado para gestionar los recursos públicos, no lo está para la diputación ni para un ayuntamiento».

En la misma línea intervino la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, quien cuestionó la incoherencia de que Rodríguez no sirva para dirigir la diputación «y sí para ser alcalde de Ontinyent».

Un cese que calificó de «insuficiente», como también hizo la síndica de Cs, Mari Carmen Sánchez. La formación naranja criticó la dimisión «a plazos» del expresidente y exigirá su salida inmediata de la alcaldía de Ontinyent.