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Necrológica

Asunción Pradas López: Madre Tierra Pacha Mama

Sonin tenía los pies en la tierra; tierra firme y cuidada, fresca, sin socavones... Como si todas las noches la regara

Asunción Pradas López: Madre Tierra Pacha Mama

Allí estaban sus cinco hijos alrededor de la Madre Tierra, Pacha Mama, como la define su hija Mau. Ese lugar firme que alienta a los que la habitan y da vida a los que en ella se mueven.

La lectura del libro de Bernard Shaw «Guía de la mujer inteligente para el conocimiento del socialismo y el capitalismo» convenció a la entonces joven Sonin, de que la desigualdad era un veneno que pervertía las relaciones entre hombres y mujeres.

Devoradora de libros, conoció a su marido Manuel Monleón Iborra y eligió casarse con él. Un químico empresario, intelectual de izquierdas, amante del arte, soñador de lo imposible..., y se complementaron en la avidez por el conocimiento y en la capacidad de hacerse preguntas sobre el mundo. La llegada de los 60 con el surgimiento de las nuevas tendencias culturales, el cambio de criterios y de vida, les interesó y lo vivieron con intensidad.

Sonin tenía los pies en la tierra; tierra firme y cuidada, fresca, sin socavones... Como si todas las noches la regara. Era consciente de sus actos, sin creerse superior a los demás.

Generosa, los amigos de sus hijos lo sabían bien, las puertas siempre abiertas para aquel que se acercaba a su casa.

La recuerdo, junto a su marido, en aquellas noches cuando los estrenos del teatro Principal eran un rito; sonriente, amable con todo el mundo. Tenía el sentido del humor de la gente vitalista que sabe ver más allá€

Cuando su marido fue elegido presidente del Valencia Club de Tenis, tenía proyectos inteligentes, algunos de ellos pudo realizar. Ella calló, sabía la personalidad que él poseía, pero conocía también el entorno en el que se tenía que mover. Le dejó hacer, como dejaba hacer a sus hijos: «Cinco repúblicas independientes» (Manuel, hijo, les definió). Manuel, profesor del politécnico, investigador; Sergio, psicólogo y músico; Sigfrid, guionista y director de cine; Mau, principalmente escultora, pero su amor al planeta le convierten en una artista interdisciplinar que trabaja en cuestiones de género, migración, arte público, video y activismo. Doctora y profesora en Bellas Artes ha publicado diversos textos. Y David, informático, como no podía ser menos, para de alguna forma «informatizar» tanta vida.

Ella siempre «estaba». Recuerda su nieta Venus, cuando tocaba el piano en el Palau de la Música y aparecía su abuela; aquel interés, aún ahora le emociona.

Sabía mirar al río que fluye como fluye el tiempo y cuando su marido se fue, sus ánimos decayeron, pero era amante de la vida y siguió...

Si sus hijos se alejaban, sabían volver a su propia Ítaca, una Ítaca bella y humilde de verdades sin prodigios.

Perder a una madre es alejarse, en parte, de uno mismo, pero siempre se vuelve a ese ser que somos. Se aprende a convivir con la ausencia, pero el recuerdo permanece: silencioso, doliente, lleno de tiempos y de ratos vividos. Existe un volver que ronda el íntimo y cálido fuego que era Sonin: la Madre Tierra.. Amaba despacio la lucha que mantiene la tierra incansable, pero estable, el lánguido girar que tiene el tiempo, las preguntas rutinarias a sus hijos:

«¿Qué tal tus clases y ese nuevo artículo científico? ¿Avanza la psicología, cómo va tu música? Háblame de tu nueva película. ¿Qué tal la exposición y tus compromisos con el ser humano? ¿Dónde nos está llevando la informática? ¿Vendréis a comer el sábado?

La voz de Mau se ha escuchado en el doloroso adiós: «Madre, como hija tuya quiero darte las gracias porque eres la persona que me ha dado fuerza en la vida. Eres la persona que se ha dedicado a mí y a mis hermanos, que nos has cuidado, que nos has llevado en tu vientre. Me has educado contra todo lo que estaba escrito en tu época. Por ello te doy las gracias y por todos tus cuidados, por tus paellas, por tus noche en vela, por tus desasosiegos hasta el último día de tu vida... Madre, Pacha Mama: Madre Tierra; Mundo, Universo, Tiempo y Época».

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