Aunque el campo se ha profesionalizado con la llegada de jóvenes que han sabido superar las taras que imponían el minifundismo y los métodos de cultivo tradicionales, el último embate meteorológico puede aumentar un poco más la cada vez más extensa superfice de cultivos abandonados. El sacrificio y la desteza no bastan para rentabilizar el campo. «La granizada del domingo puede ser la puntilla», alerta Bernardo Ferrer, vicepresidente de AVA. «Los agricultores ya no pueden más», proclama.