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Testimonio

"Este trabajo fue un regalo para todos nosotros"

Sanidad Exterior hizo el triaje y desembarco de los barcos con el apoyo de la conselleria "para la parte más humana"

Begoña Llavata (enfermera SAMU) lleva la cooperación «dentro» y para ella, como para el resto, la operación Esperanza del Mediterráneo «fue un regalo».

Tuvo la «suerte» de formar parte del dispositivo de la Conselleria de Sanidad que subió a los barcos para ayudar a Sanidad Exterior, que es quien se encargó del triaje y desembarco de los pasajeros.

«Nosotros fuimos la parte más humana», explica Llavata, que sonríe al recordar «cómo nos miraban los inmigrantes cuando nos vieron subir con nuestros trajes de protección, porque el protocolo era muy concreto y se cumplió a rajatable por el contagio de posibles enfermedades». Así que ella fue la primera en ver unos ojos «que transmitían esperanza y alegría, pero también temor».

Los inmigrantes fueron desembarcando y cada uno de los voluntarios sabía qué tenía que hacer, aunque todo fuera nuevo y la misión estuviera en movimiento. La coordinación de todo el dispositivo se hizo desde el Puesto de Mando Avanzado.

Desde allí se recibía información de los pacientes valorados y se coordinaba el transporte a los hospitales «intentando que fuera proporcional, que no saturara los servicios de urgencias, optimizando al máximo los vehículos de Cruz Roja y teniendo en cuenta que no se podía trasladar niños con adultos, pero tampoco se podían separar familias, ni podían ir hombres con mujeres...», explica Jesús Pons, médico que hace guardias en hospitales pero que, ese día y en ese momento, realizó un trabajo de «encaje de bolillos».

Al frente del dispositivo estuvo Antonio Félix. Todos le dan las gracias en varios momentos. Sinceras, sin compromiso. Porque la atención sanitaria fue mucho más que un día duro de trabajo junto al mar.

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