Entre el goteo incesante de afiliados que se dejó caer por la sede del PP en València, tres candidatos contaban con el apoyo claro de la militancia valenciana en las primarias del Partido Popular: Soraya Sáenz de Santamaría, Maria Dolores de Cospedal y Pablo Casado.

Todos ellos con una consigna en común, que las primarias eran necesarias en el PP. Regeneración, unidad, liderazgo€ fueron palabras que repetían los votantes como deseo para esta nueva etapa. «Indistintamente de quién apoyes, lo que prima es formar parte de la historia del partido», afirmó Jorge Fabuel tras haber depositado su voto.

La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, desde la Vall d´Uixó calificó la jornada de «histórica» porque «recupera el alma del PP y reivindica sus valores y principios». Tal fue la singularidad del proceso que Amparo Martínez, militante valenciana, reconoció que pese a su avanzada edad, «más vale tarde que nunca». Sin embargo, Esteban González Pons aligeró un poco la carga emocional de la jornada. Para el eurodiputado valenciano, «no es que vayamos a salir reforzados, es que no nos queda otra».

Entre los militantes que se significaron, no parecía que hubiera una corriente dominante, ni ningún tipo de correspondencia entre el tipo de afiliado y el voto que había emitido. Entre las nuevas generaciones, Pablo Casado parecía el preferido, pero distintos jóvenes señalaron a Cospedal como favorita. Y al revés: un votante más adulto prefería a Casado, quien encarna «la renovación» y no le daba tanta importancia a la experiencia adquirida en el gobierno de Sáenz de Santamaría, la virtud más repetida de la candidata.

La mayoría acudió a las urnas entre las 9:30 y las 10:30, y la participación pasado el medio día rozaba el 50%, según apuntó la organización. Lourdes Almela fue presidenta de mesa en la sede valenciana y reconoció que la participación había sido elevada en un día «histórico y emocionante», que se enmarca como el primer paso del camino hacia la regeneración del PP.