El exdiputado provincial de empresas públicas y exalcalde de Sedaví, Rafael Pérez, ha admitido ante el juez que fiscalizaba al exgerente de Imelsa y yonki confeso del dinero, Marcos Benavent, en el parking de la Diputación de València. «Hablaba con Marcos Benavent una vez a la semana y mientras aparcaba en diputación. Se limitaban a decir que todo iba bién», señala el acta de la declaración como testigo de Rafael Pérez ante el Juzgado de Instrucción 9, que investiga la primera denuncia que presentó la Diputación de València contra Marcos Benavent el el 23 de enero de 2015, cuando el exgerente apenas llevaba quince días desaparecido. En esta causa se investiga a Benavent y al empresario Vicente Calvo Navarro por los presuntos delitos de estafa, falsedad y malversación de fondos públicos por el pago que ambos acordaron desde Imelsa de tres pagarés para abonar una supuesta sustitución del alumbrado en Llutxent (la Vall d'Albaida), por valor de 60.000 euros, que nunca se llegó a ejecutar. Se da la circunstancia que Calvo Navarro está devolviendo a plazos los 60.000 euros cobrados indebidamente. La causa se ha llegado a archivar en dos ocasiones, pero la sección de delitos económicos de la Fiscalía provincial recurrió para seguir investigando las trampas de Benavent al frente de Imelsa.

Y que podía realizar porque, tal como admitió el diputado responsable de las empresas públicas de la institución provincial de 2011 a 2015, Benavent «era quien hacía y deshacía», según su declaración. Pérez declaró que «confiaba en el gerente, porque esta persona estaba puesta desde presidencia [de la diputación] y ya llevaba cuatro años» cuando él llegó como diputado de empresas públicas.

Cuando desapareció Marcos Benavent en las navidades de 2014, Rafael Pérez fue quien firmó la denuncia por el desvío de los 60.000 euros supuestamente destinados a Llutxent. Aunque en su declaración admite que ni siquiera la leyó. Se limitó a estampar su firma. Tampoco recuerda quién le pidió que firmara la querella. Tambié admitió que su condición de consejero delegado en Imelsa era «meramente institucional. Y, aunque sus poderes eran superiores a los del gerente, Benavent era «el único que llevaba el día a día y el control» de Imelsa. Pérez sí que está investigado en la pieza principal del Caso Imelsa, dentro del Caso Taula, por firmar cuatro contratos investigados en esta causa.