Ya lo propuso en 2011 la Conselleria de Sanidad, regida entonces por el popular Luis Rosado, aunque nunca llegó a tomar cuerpo: trasvasar pacientes de un hospital público a otro para realizar operaciones y aliviar la siempre abultada lista de espera. Ahora, siete años después, el Consell del Pacte del Botànic quiere recuperar la idea en su afán de hacer más con menos y de suavizar en todo lo posible el barómetro político que son los días de espera de los pacientes que tienen que operarse.

De nuevo, la idea se ha lanzado aunque falta por concretarse. Así lo hizo ayer la consellera de Sanidad, la socialista Ana Barceló en su comparecencia en el pleno de las Corts Valencianes al asegurar que, además de mantener el plan de choque (en el que se derivan operaciones a hospitales privados) y el autoconcierto (por el que se paga un extra a los profesionales públicos para que operen durante las tardes) se iba a apostar por un plan de «colaboración interno» para que equipos «de otros hospitales puedan operar a pacientes procedentes de otros departamentos».

Barceló ya anunció a su llegada a la conselleria -tras la salida de Carmen Montón hacia Madrid como ministra- que la reducción de las listas de espera iba a ser su caballo de batalla principal en lo que queda de legislatura.

A falta de que se publiquen los resultados del segundo trimestre del año, a finales de marzo el tiempo medio que los valencianos debían esperar para operarse de algo no urgente era de 99 días, más de tres meses. Aunque en comparación con dos años atrás la situación había mejorado (16 días menos en el mismo corte trimestral de 2016), lo cierto es que aún hay especialidades en las que hay que esperar cuatro meses y cinco meses para pasar por quirófano.