Primero Madrid y Barcelona, luego Benidorm y ahora Elche también. La ciudad ilicitana se sumará a la lista de municipios con una regulación para la vestimenta de los taxistas. Después de que en muchos lugares hayan comenzado a poner en práctica una normativa para cuidar la forma en la que tienen que ir vestidos los trabajadores del servicio de transporte público, con la consiguiente polémica en el sector, el Ayuntamiento de Elche tampoco quiere quedarse atrás.
Sin embargo, en este caso, han sido los propios taxistas los que han querido introducir un código para regular la indumentaria. ¿El objetivo? Acabar con las bermudas, las chanclas y los tirantes y mejorar la imagen del servicio. Y, con estas razones, el equipo de gobierno ha cogido el guante de la junta directiva de la Asociación de Radio Taxi Elche.
La cúpula del colectivo ha reclamado al Consistorio ilicitano que introduzca en la ordenanza municipal la obligación de que los taxistas mejoren su vestuario. Reconocen que desde la directiva han solicitado a los trabajadores en varias ocasiones la necesidad de «vestir con unos criterios», pero se han encontrado con que muchos no están por la labor. De ahí que ahora quieran que el Ayuntamiento les obligue con un reglamento.
Eso sí, a lo que se muestran reacios, ahora mismo, es a tener que ir de uniforme, como ha ocurrido en Benidorm, donde el equipo de gobierno acaba de aprobar una norma en la que obliga a los taxistas a lucir camisa o polo con cuello camisero, de color liso, y manga larga o corta en función del periodo estacional. Estos suéteres también incluirán en la parte superior el logotipo de la ciudad.
«Queremos ir con un pantalón largo, zapato cubierto y una camiseta o camisa. Lo del uniforme es un follón para nosotros porque pasamos muchas horas en el taxi, pero la cuestión es vestir más formal», señalan desde la junta directiva de Radio Taxi.
Ante ello, desde la Concejalía de Movilidad ya han activado la maquinaria para introducir estos requerimientos en una nueva ordenanza municipal del taxi. La intención es que, a priori, no sea tan estricta como en Benidorm, sino «crear una guía y que los trabajadores del sector vistan con decoro», señala el edil del área, Felip Sànchez.
Estos códigos de la indumentaria también se aplican en otros sistemas de transporte que compiten con los taxis como son los vehículos de alquiler con conductor.
En redacción
El tripartito aspira a redactar de aquí a final de año una nueva ordenanza municipal para adaptar la normativa local a la nueva ley del taxi de la Comunidad Valenciana y, por ello, han empezado a recoger las propuestas del sector. Una de las exigencias que también realizará el Ayuntamiento, una vez se apruebe la ordenanza, es, por ejemplo, que el número del taxi no vaya solo en el lateral del vehículo, sino también en la parte trasera para mejorar la visibilidad.
Por su parte, el sector del taxi también ha hecho llegar otras reivindicaciones al Ayuntamiento. Una de ellas pasa por obligar a los trabajadores a prestar el servicio con la emisora de radio. La directiva han presionado para que el Ayuntamiento de Elche intermedie ante la fuga de trabajadores con la emisora de radio.
La cúpula de Radio Taxi Elche denunció que cada vez más taxistas dejan de hacer los recorridos con este sistema, porque requiere un coste, por lo que la calidad del servicio disminuye, al no poder ser localizados por esta vía. Cifran en una treintena los que se han dado de baja.
Otra de las propuestas que han lanzado ya al Ayuntamiento tiene que ver con la autorización de vehículos de siete plazas, más allá de los que hay habilitados para personas con movilidad reducida. El colectivo ya lo ha reclamado al tripartito, a través de la Oficina Municipal de Atención al Ciudadano (Omac), argumentando que la competencia que se encuentran con los vehículos de turismo con conductor (VTC), que sí tienen 7 plazas. Aseguran que esta demanda no solo ha sido detectada en el aeropuerto, sino también en las pedanías, pues muchas familias numerosas de turistas solicitan taxis grandes, para evitar tener que dividirse en dos.
