Las lecciones políticas de Enric Nomdedéu, uno de los dirigentes de Compromís, dicen que el cuarto año de una coalición (en esta fase se encuentra el gobierno del Botànic) es el de intentar dificultar el trabajo del socio para lucir más el otro.
La máxima del secretario autonómico de Empleo viene como anillo al dedo para explicar la actividad de Compromís en el Senado, donde sus dos representantes han forzado la máquina en las últimas semanas para evidenciar la separación de sus políticas con las del PSPV. El giro se ha hecho muy visible después de la entrada de Pedro Sánchez en la Moncloa.
Las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado de 2018 tras la moción de censura dieron la primera señal de que los caminos de los socios del Botànic se separaban en la Cámara Alta y de que la situación ya no podía atribuirse solo a las salidas de tono del senador Carles Mulet, el inagotable parlamentario de Compromís, más conocido por su pregunta sobre el apocalipsis zombi.
Los socialistas retiraron las enmiendas para no retrasar la ejecución de las cuentas y ponerse lo antes posible a negociar las de 2019. La coalición de Mónica Oltra, en cambio, insistió en sus enmiendas para mejorar la financiación y las inversiones y criticó el paso atrás del PSPV
Fue un hecho indicativo, pero digerido con normalidad con el argumento de que los socios son partidos diferentes y, por tanto, no mantienen siempre criterios idénticos ni parecidos.
Lo de ayer ya no fue asimilado con tan buen gesto. Al contrario. Lo de ayer fue que la oficina de Compromís en el Senado pidió la comparecencia de la secretaria autonómica de Hacienda y dirigente de la formación, Clara Ferrando, para exponer la situación valenciana de infrafinanciación.
La solicitud viene motivada, según Mulet, porque la coalición «rechaza el cambio de parecer del president, que retiró su solicitud de comparecencia meses después de haberlo pedido y sin que se hayan realizado pasos que mejoren la infrafinanciación».
La última afirmación supo ayer a cuerno quemado en el Palau de la Generalitat, que la rechazó por falsa. Salió el número dos de los socialistas, Manolo Mata, a responder: «Ximo Puig ni renuncia, ni ha renunciado, ni renunciará a explicar en el Senado la situación de infrafinanciación de la Comunitat». Mata pidió además al senador Mulet que «no le haga el juego político a los populares». «Me preocupa que se crea lo que dice el PP», lamentó.
Al margen de las palabras, el PSPV se quedó ayer con la boca abierta por la petición de comparecencia de Ferrando. Lo lógico, señalaron fuentes de la dirección, es que se pidiera la del conseller. Además las competencias de financiación recaen sobre la secretaría de Modelo Económico, no sobre la de Ferrando, dijeron.
