Cuarenta y ocho años después de la primera concesión, la autopista de peaje AP-7 desde Vinaròs hasta Alicante dejará de ser de pago en diciembre de 2019. A año y medio del uso libre de esta carretera, la Conselleria de Obras Públicas presentó ayer una propuesta de ocho nuevas conexiones y diez actuaciones para que ocho municipios puedan «pinchar» la AP-7 y mejorar los accesos a esta carretera litoral.

Las intervenciones tendrían un coste de 220 millones de euros que la Generalitat asegura suponen un «ahorro» ya que se renuncia a construir varias variantes previstas en zonas como Oliva (la Safor) o Altea (la Marina Baixa) que ya superaban los cien millones de euros.

La propuesta confía la pacificación del tráfico en carreteras tan problemáticas como la N-340, la N-332, la A7 o la CV-10 al trasvase de vehículos a la actual AP-7, que antes no se usaba por el obligatorio pago del peaje.

«Especialmente grave» es la travesía de la N-332, admiten desde Obras Públicas. Se trata de la única carretera nacional que conecta dos capitales de provincia (València y Alicante, la tercera y undécima ciudades españolas) que mantiene la mitad de su trazado (90 kilómetros) con calzada simple en ambos sentidos, sin mediana ni arcenes escasos y que aún discurre por el interior de once poblaciones.

En este tramo, la Conselleria de Obras Públicas renuncia a construir la variante de Oliva. Pero plantea una nueva conexión con la AP-7 al sur de Oliva (ya existe un enlace al norte de la población) para que el tramo de autopista se convierta en «la variante de Oliva, cuando se liberalice la AP-7, lo que evitará el paso a través del núcleo urbano de Oliva de los miles de vehículos que transcurren cada día», según explicaron ayer en un desayuno de trabajo la consellera y el director general de Obras Públicas, Maria José Salvador y Carlos Domingo.

En la Safor la propuesta de Obras Públicas, consensuada con los municipios, incluye «terminar la conexión de la CV-60 con la zona litoral y permite «potenciar la conexión de la CV-60 con la autovía central y la autopista AP-7», según los responsables de Obras Públicas.

Es el mismo esquema que se plantea en la zona de Altea. La actual AP-7, cuando esté libre de peaje, actuará de variante. Pero en esta zona se plantea «una carretera de enlace entre la AP-7 y la N-332 en Altea, l'Alfàs del Pi y La Nucia para mejorar la movilidad y la accesibilidad» en esta zona costera que presenta graves problemas sobre todo en época estival.

Sin abandonar la Marina, la N-332 entre Gata de Gorgos y Pedreguer se mejorará «con una solución tipo vía parque para mejorar la capacidad y la seguridad vial».

Otras actuaciones previstas (ver mapa adjunto), incluye una nueva conexión de la AP-7 con Alzira (muy demandada por los industriales de la zona que ahora sólo acceden por Algemesí). También se propone un nuevo enlace para Benicàssim y Vila-real desde la AP-7, además de mejoras en carreteras locales y tramos de nacional.