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Primarias

Santamaría y Casado se atribuyen la mayoría de delegados valencianos

La batalla se centra en los compromisarios de Alicante y València afines a Cospedal, mientras los "casadistas" descartan cualquier acuerdo

Santamaría y Casado se atribuyen la mayoría de delegados valencianos

Uno de los dos se equivoca. Santamaristas y Santamaristascasadistas. Se verá quien cuenta peor los días 21 y 21 de este mes, durante el congreso extraordinario del PP para elegir nuevo líder, si antes no hay pacto. De momento, parece lejano.

Los representantes valencianos de la candidatura de Pablo Casado lo rechazan de plano. «Descartado», responden tajantes a las ofertas de Soraya Sáenz de Santamaría, respaldadas por la presidenta del PPCV, Isabel Bonig.

Los de Casado se rebelan contra esa petición con el argumento de que la exvicepresidenta no representa a la mayoría de los que participaron en las primarias, ya que la suma del resto de candidatos la supera. Dan por hecho así que los compromisarios afines a Dolores de Cospedal, la tercera aspirante y que quedó fuera de la carrera en la primera vuelta, estarán con el candidato más joven ahora, en la segunda vuelta. Sobre ellos giran todas las cuentas.

Y las calculadoras deben ser distintas porque a Casado le sale la suma a su favor («tenemos los números», aventuraba ayer un miembro de su equipo a Levante-EMV) y los santamaristas pronostican una mayoría «holgada» para ella entre los delegados valencianos. Sostienen estos últimos que incluso en agrupaciones donde ha ganado el exvicesecretario de Comunicación del partido los compromisarios son claramente de Sáenz de Santamaría.

Paradojas que tienen que ver con que la votación era diferenciada, en dos urnas, entre aspirantes y compromisarios, de modo que no tiene por qué existir una correlación directa entre un resultado y otro.

El foco está puesto ya, y se va a acentuar en los próximos días, en aquellos delegados que puedan etiquetarse como de los candidatos que han quedado descartados de la carrera. En especial, la batalla está en València y Alicante, porque en Castelló, el resultado de De Cospedal fue tan flojo que se considera que todos los compromisarios ya tienen una adscripción definida y no hay más que rascar.

En Alicante y València, la exministra de Defensa sí obtuvo resultados como para deducir que hay un paquete de delegados afines a sus planteamientos. Hay algunos natos, dados sus cargos públicos, como el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, o el alcalde de aquella ciudad, Luis Barcala, que no han declarado su opción preferida en la segunda vuelta.

En València, la gente de Casado considera que podrá contar con la oposición interna a Bonig, que mayoritariamente había optado por De Cospedal.

De momento, el exministro José Manuel García-Margallo es de los pocos que ya ha desvelado sus preferencias una vez obtenido un pobre resultado en las primarias. Casado, ha dicho.

El equipo de este último en la Comunitat Valenciana insistió ayer, como hizo en la primera vuelta, en exigir al aparato al lado de Bonig que eviten las presiones a los compromisarios. Su esperanza es que el voto final en el congreso es secreto, de modo que al final los delegados siempre serán libres de depositar una papeleta u otra. Pese a recordatorios y advertencias sobre futuras listas electorales.

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