La Guardia Civil y un juzgado de Llíria investigan a un monitor infantil de 28 años por la supuesta comisión de decenas de abusos sexuales a niñas de entre 6 y 8 años que habrían tenido lugar en una granja escuela del Camp de Túria y en un centro socioeducativo de l'Horta cuyos nombres omite Levante-EMV para preservar el anonimato de las menores.

El presunto pederasta, que hasta ahora nunca había sido denunciado ni detenido, fue arrestado el lunes y el juez lo ha dejado en libertad provisional hasta que se celebre el juicio. De momento, se le imputan una decena de casos, pero los investigadores sospechan que pueden se muchísimos más.

Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, el juez impuso al sospechoso, que deberá comparecer dos veces al mes en el juzgado, la prohibición de acercarse a granjas escuelas, talleres, centros ocupacionales y lugares de recreo donde pudiera tener contacto con niños.

Según ha podido saber Levante-EMV de fuentes de toda solvencia, la investigación comenzó hace apenas unas semanas, después de que dos madres formalizasen sendas denuncias ante la Guardia Civil.

Los abusos sufridos por sus hijas, ambas de seis años de edad, se habrían producido en marzo pasado, cuando el colegio en el que cursan Educación Infantil celebró una salida a una granja escuela en la que trabaja el ahora detenido.

Las madres empezaron a sospechar ante algunos de los comentarios de las niñas, pero tardaron en percatarse de que los juegos del monitor podían encerrar en realidad tocamientos de índole sexual.

Una vez que tuvieron claro lo sucedido, acudieron a denunciar y el caso fue puesto en manos del Equipo de Policía Judicial de Llíria, que tuvo que precipitar la detención del presunto pederasta el lunes pasado, mucho antes de que la investigación hubiese finalizado, después de que una de las denunciantes se topara por casualidad con el sospechoso en un centro socioeducativo de un municipio de l'Horta en el que el ahora arrestado trabaja también como monitor.

La madre, ofendida al ver que el presunto pederasta seguía trabajando con menores, acudió a la comisaría de Policía Nacional más próxima y exigió una intervención inmediata. El reconocimiento por parte de la madre se produjo a finales de la semana pasada y el revuelo obligó a la Guardia Civil a acudir el lunes a ese centro social y arrestarlo cuando entraba a trabajar.

El detenido ha negado los hechos y atribuye las denuncias a una mala interpretación de las madres los supuestos tocamientos, que él circunscribe a la esfera de «juegos habituales».

Dos años bajo sospecha

Aunque la investigación no ha hecho más que empezar, existen algunos datos alarmantes que permiten sospechar que este podría ser uno de los casos más graves de pederastia de los destapados hasta ahora en València.

Una de las circunstancias es el tiempo que el detenido, cuya identidad no revela este diario por la misma razón de no provocar la identificación de las víctimas al haber estado en estrecho contacto con ellas, lleva trabajando con menores de edad.

Además, en el registro domiciliario autorizado por la jueza de Llíria, la Guardia Civil ha intervenido material pedófilo que está bajo investigación y que contiene vídeos y fotografías con menores en actitud de contenido sexual.

El registro se produjo el mismo día de la detención en el domicilio familiar, ya que el presunto pederasta reside con sus padres.

A ese hecho se le une que el acusado lleva al menos año y medio trabajando tanto en la granja escuela como en el centro socioeducativo.

Por la primera han desfilado cientos de alumnos de Infantil y Primaria de varios colegios de Valencia, mientras que en el segundo se atiende a menores de entre 5 y 12 años en situación de riesgo de exclusión social, muchos de ellos pertenecientes a minorías étnicas y/o a familias sin recursos y con problemas de desestructuración. De momento, en este centro no se han producido denuncias.