La patronal valenciana y los sindicatos miembros de la Plataforma per un Finançament Just (UGT y CC OO) se quedaron sin respuesta a su petición de que el exministro de Hacienda Cristóbal Montoro los atendiera en su despacho.

Pasaron los meses y solo obtuvieron silencio. Ni siquiera la mediación que el presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), Salvador Navarro, intentó con la entonces poderosa vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, sirvió de algo. Pasaron los meses y solo obtuvieron silencio.

El Gobierno ha cambiado y la primera reacción sobre la reforma del modelo de financiación autonómica fue que esta no se podrá ejecutar en los dos años que quedan de legislatura, si es que se agota.

Así que la patronal valenciana ha vuelto a dirigirse a Hacienda, ahora a la nueva titular, María Jesús Montero, para que reciba a los representantes de la plataforma y escuche de primera mano la situación valenciana. Se verá si la petición corre mejor suerte.

De momento, los responsables valencianos insisten en su preocupación por el retraso en el nuevo sistema de financiación, caducado desde 2014. Navarro dijo ayer en la Ser que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, debería ser «coherente» y hacer una propuesta para empezar a negociar con urgencia.

Sin embargo, la ministra insistió en el Congreso de los Diputados en la línea de Sánchez. No es posible una reforma global del sistema, porque no hay tiempo material para ello en esta legislatura, dijo.

Pero en los próximos meses habrá «mejoras tangibles» en los recursos de las comunidades y los ayuntamientos, afirmó la exconsellera andaluza. Y rechazó una reestructuración de la deuda autonómica como sustitutivo de la reforma de la financiación. «Nosotros no podemos aguantar más», le replicó el diputado de Compromís Ignasi Candela.