El Ministerio de Fomento exigirá Abertis e Itíene, concesionarias de las tres autopistas que acaban su plazo de concesión este año y el que viene, entre las que se encuentra la AP-7, que las entreguen al Estado en «adecuado estado de conservación», y que previamente realicen las eventuales inversiones y actuaciones necesarias para garantizarlo.

Así lo indicó el titular del Departamento, José Luis Ábalos, tras ratificar en su primera comparecencia parlamentaria que las tres vías de pago que vencen este año revertirán al Estado y quedarán así libres de peaje para los usuarios.

Se trata de la AP-1 Burgos-Armiñón, que actualmente tiene Itínere en concesión, el tramo de la AP-7 entre Tarragona y Alicante y la AP-4 Sevilla-Cádiz, ambas concesiones de Abertis.

Ábalos indicó que Fomento realizará a todas ellas una «due dilligence», un estudio pormenorizado del estado de la infraestructura, «para determinar las actuaciones que debe llevar a cabo la actual concesionaria para que el estado de conservación previo a su entrega sea adecuado».

Posteriormente, una vez la vía esté en manos del Estado, será el Gobierno y, por tanto, con cargo a las arcas públicas, el que se encargue de su mantenimiento, al igual que en el resto de la red.

En este sentido, el ministro indicó que en el caso de la AP-1, la primera que vence, el próximo 30 de noviembre, están organizando «contra reloj» el concurso público para su posterior mantenimiento.

Ábalos mostró también su disposición a trabajar con las administraciones de los territorios por las que pasan las tres autopistas para «abordar con ellos la nueva conformación de la red viarias». Para Ábalos, «ya han pagado sobradamente estas infraestructuras que, en otros casos, han sido sufragadas con cargo al Presupuesto».