La presidenta del PPCV Isabel Bonig y la plana mayor de su ejecutiva arroparon ayer al exministro de Fomento, Íñigo de la Serna, uno de los baluartes de la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría a presidir el Partido Popular. Primero en Alicante y después en un restaurante de Las Arenas en València, el exministro recibió el «cariño» de militantes y destacados dirigentes populares como Eva Ortiz, José Císcar, Mari Carmen Contelles, Elena Bastidas, Jorge Bellver o Alfredo Castelló.

Aunque Bonig quiso evitar suspicacias y reiteró su «neutralidad» y «libertad total absoluta» para los militantes (en la primera vuelta de las primarias populares) y para los compromisarios que elegirán a la futura presidenta o presidente del PP. Aunque un detalle delata de qué candidatura cojea. «Abogamos y sigo insistiendo en abogar por una lista de unidad e integración», defendió en línea con las tesis de Sáenz de Santamaría y su equipo. «Cuando se ha llevado a cabo la unidad y la integración es cuando el PP ha sido grande, porque en este partido que abarca todo el centro tiene cabida todo el mundo» quien llegó a recordar la unidad del partido cuando estaba dirigido por «el presidente José María Aznar, al que apela [Pablo Casado] muchas veces». También apuesta por la candidatura única el exministro De la Serna quien asegura recibir un clamor de «afiliados, simpatizantes y cargos públicos para que haya diálogo y encontrar una candidatura única con la que presentarnos al congreso». Preguntado por su plan «B» por si Casado y Cospedal suman compromisarios para imponerse a Sáenz de Santamaría, el exministro zanjó». «No me consta que haya tal unión» y apeló a «la libertad del compromisario para expresarse libremente». Aunque se mostró convencido de que, a partir del próximo sabado viene la madre de todas las oposiciones que es lo que vamos a hacer con Soraya, si resulta elegida para fortalecer el proyecto político del PP y volver a tener responsabilidad de gobierno».