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Política

Bonig se enfrenta a Casado por dar alas a su referente crítico en Valencia

El nuevo líder abre la puerta de Génova al expresidente provincial del PP Vicente Betoret y refuerza al contrapoder de Císcar en Alicante - La lideresa le critica el gesto y vaticina una batalla en el PPCV

Bonig se enfrenta a Casado por dar alas a su referente crítico en Valencia

Las relaciones entre la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y Pablo Casado tras la victoria de éste en las primarias, no podrían haber empezado peor. La decisión del nuevo líder del PP de rehabilitar políticamente al expresidente de la provincia de Valencia, Vicente Betoret, generó ayer el primer enfrentamiento entre Bonig y el nuevo inquilino de Génova. El diputado, en horas bajas tras la batalla provincial, ha sido nombrado secretario de área en la nueva ejecutiva de Casado, un cargo de tercer nivel, pero que le abre la puerta de Génova y en cierto modo lo sitúa como referente de la nueva dirección en la provincia. Para más inri su negociado será el de política provincial.

El nombramiento es un revés en toda regla para Bonig ya que Betoret está considerado como uno de sus principales referentes críticos en la provincia. Un desaire que la presidenta del PPCV, que ayer asistió al comité ejecutivo nacional en el que Casado dio a conocer su organigrama, no quiso dejar sin respuesta. Diversas fuentes confirmaron a este diario que Bonig se acercó al nuevo presidente nacional para afearle una designación que entiende como una provocación. Según estas fuentes, Bonig avisó a Casado de que este nombramiento iba a generar descontento en el partido y que era una mala noticia para la difícil paz interna en la provincia. Casado en realidad ya estaba avisado por algunos de sus colaboradores de que esta decisión alentaría el conflicto interno, pero siguió adelante con el compromiso adquirido con Dolores de Cospedal, a quien Betoret apoyó en la primera vuelta.

Algunas fuentes cercanas a Casado apuntaban que, aunque la mano sigue tendida hacia el aparato del PPCV (que de forma activa apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría), Bonig está haciendo difícil la reconciliación. Consideran que tras perder las primarias, Bonig debería tener una actitud de mayor colaboración con la nueva dirección y no lanzar pulsos como el de querer arrogarse la decisión sobre la lista del cap i casal. «Está nerviosa y está cometiendo errores», apuntaban ayer un diputado afín a Casado. «No los pone difícil», añadía. Fuentes del entorno de Betoret, por su parte, mantenían que, pese a los recelos generados, el diputado trabajará por la unidad del partido.

La resaca del congreso extraordinario del PP se está viviendo con especial tensión entre los populares valencianos. Los llamamientos a la unidad se entremezclan entre quienes creen que la derrota del aparato debe tener consecuencias y quienes apuestan por cerrar filas en torno a Bonig y hacerse fuerte con los estatutos en la mano. En un ambiente ya tenso, el diseño del nuevo organigrama de Génova ha traído más leña al fuego. Con todo, ayer desde la dirección regional se apuntaba que ese cargo en Génova no otorga en la práctica poder y que es la gestora provincial quien seguirá tomando las decisiones.

No sólo Betoret gana oxígeno para, llegado el momento intentar de nuevo hacerse con el poder en la provincia. Por si había dudas, Casado señala de nuevo quien es su referente en Alicante: el jefe de la diputación de Alicante, César Sánchez, llamado a ser el contrapoder del presidente alicantino, José Císcar. Sánchez ya fue incluido como vocal en el comité ejecutivo nacional, pero ahora le abre de nuevo las puertas de Génova, donde ya con Mariano Rajoy, tenía una secretaría ejecutiva. Ahora será el responsable de área de Transparencia.

El único gesto de buena voluntad hacia el aparato del PPCV es hacia Miguel Barrachina, quien también es incluido como secretario de área. El presidente del PP de Castelló trabajó en las primeras a favor de Santamaría, pero, la candidatura de Casado no le atribuye presiones del nivel que, según aseguran, llevaron a cabo otros dirigentes como Císcar, la secretaria general Eva Ortiz o la presidenta del PP en la diputación, Mari Carmen Contelles.

Con todo y más allá de la guerra interna que se avecina, los nombramientos de Casado vienen a evidenciar que al PPCV y a Bonig le pasa factura no haber respaldado a Casado. A excepción de González Pons, que sigue en el comité de dirección por su cargo de portavoz del PP en Europa, ningún valenciano logra colarse en la cúpula de Génova. Es cierto que en la nueva dirección la cuota sube (cuatro frente a los dos que había en la etapa de Rajoy), pero el resultado es que los populares valencianos seguirán sin la influencia que les corresponde por tamaño de organización.

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