Incidencias leves, descoordinación y nervios. Este es el resumen, realizado por los propios profesionales, de la primera guardia completa de los puntos de atención continuada (PAC) tras quedarse sin el servicio de ambulancias para llegar a los avisos domiciliarios por la entrada en vigor el pasado día 1 del nuevo contrato de transporte sanitario, que lo excluye de forma específica. Ante el retraso de la Conselleria de Sanidad en ofrecer una alternativa global a los profesionales (que se niegan a tener que utilizar sus vehículos), cada departamento de salud ha «solventado» a su manera la situación poniendo parches que no han contentado a nadie: desde servicio de taxi al alquiler de vehículos que tampoco son una solución para los afectados al tener que conducir ellos.

Pese a que Sanidad había dado orden a la empresa adjudicataria de dar servicio a quien no tuviera taxi, en el PAC de Puzol, por ejemplo se denegó la ambulancia para un traslado «pese a que se especificó que no tenían medios para llegar a una hemorragia». Seguidamente, a través del 112, se solicitó un Soporte Vital Básico que sí trasladó al personal sanitario al domicilio del paciente para la atención de la urgencia. En el PAC de Torrent, los profesionales sufrieron la descoordinación con el Centro de Coordinación de Urgencias (CICU) al solicitar una ambulancia medicalizada para atender un caso grave «que les adelantó, sin recogerlos, cuando ellos ya habían salido andando».

«El problema es que los pacientes aún nos siguen llamando a nosotros y no al 112 y, en muchas ocasiones hasta que no llegamos no podemos valorar la gravedad de lo que está pasando y, sin transporte rápido se pierde un tiempo precioso», razonó ayer Silvia Sapena, portavoz de Apacu-CV.