Medianoche en la pedanía de La Punta, en València. Mientras los visitantes nocturnos de l´Oceanogràfic abandonan el recinto, un pequeño ejército de trabajadores del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y las empresas Tecsa y Redalsa se afanan en los trabajos para instalar el tercer carril en este tramo del corredor mediterráneo.
Las obras empezaron el pasado 2 de julio y se prolongarán hasta el próximo 31 de agosto. Se realizan en horario nocturno para minimizar la afección al tráfico ferroviario y garantizar la seguridad de los operarios durante los trabajos nocturnos.
Aún así, la conversión al tercer hilo de las actuales vías de ancho ibérico para que puedan circular trenes de ancho europeo supondrá la anulación de la conexión Madrid-Castelló durante las dos últimas semanas de agosto entre València y la capital de la Plana, así como la suspensión de ocho Euromed y un Talgo entre València y Barcelona, por lo que algunos trayectos entre València y Castelló se realizan estos meses en autobuses.
Renovación de vía y traviesas
Unas molestias incómodas para los viajeros que, a la vista de las obras que se ejecutan durante estos meses tanto en el túnel de Serrería como en las inmediaciones, se hacen más comprensibles ante la envergadura de los trabajos que se ejecutan y que Levante-EMV pudo comprobar la madrugada del pasado miércoles.
En el túnel de Serrería se han colocado 5.700 traviesas para permitir la instalación del tercer carril en la vía del lado mar (en el lado montaña el tercer hilo ya está instalado hasta Sagunt, lo que permite las circulaciones en ancho europeo desde enero). Los trabajos en el túnel de Serrería han sido arduos ya que se trata de vía en placa (sobre hormigón) que los trabajadores han debido «picar» para instar las nuevas traviesas.
Las obras también se ejecutan ahora en la boca sur del túnel, en plena pedanía de La Punta, e incluyen la sustitución de traviesas, renovación de vía además de la colocación de un aparato de vía mixto en la bifurcación al Puerto de València, y de un cambiador de hilo. Unas estructuras más pesadas que son las que obligan a cambiar las traviesas y renovar el carril en este tramo, que previsiblemente se reutilizarán en otras partes de la red ferroviaria valenciana.
Cuando Levante-EMV visita la zona de obras la madrugada del pasado miércoles, los operarios se encuentran en plena tarea de rebaje del tramo ferroviario para retirar y renovar el balasto (la capa de piedra de cantera sobre la que se asientan las vías). El rebaje es el paso previo a la instalación del desvío, una delicada tarea que realizan una docena de operarios de Tecsa y Redalsa mediante el sistema PEM-LEM de pórticos sincronizados que trasladan los desvíos y los depositan sobre el terreno.
Una delicada y espectacular operación (como se observa en las imágenes que acompañan este texto) en la que se maneja material ferroviario con un peso total de 24.000 kilogramos.
Para colocarse sobre el terreno, los seis pórticos se deslizan de forma sincronizada por una vía auxiliar que se instala de forma provisional mientras dura la instalación de los desvíos, que tienen un peso individual de 80 kilogramos cada uno.
A partir de mediados de agosto las obras en este tramo continuarán en la vía del túnel de Serrería con la colocación de dos aparatos de vía de ancho mixto, así como el traslado del actual cambiador de hilo y el montaje de 400 metros de vía mixta en la salida de la boca norte del túnel.
