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La foto de un francés con historia y un héroe en bicicleta

El balance oficial, muy parcial al no incluir tres de los siete términos afectados, fue de 2.136 hectáreas quemadas

La crónica del devastador incendio de agosto de 1964 deja una impresionante foto del fuego cercando Barx captada por un turista francés, Willy Swiczka. En la imagen cedida por Swiczka al diario Levante, las llamas coronan la sierra del Buscarró, «concretamente en la partida denominada Umbría del Pico de la Paja y Picayo de Peña Blanca», relata J. de A. en su crónica Cómo fue el incendio forestal en la zona Quatretonda-Gandia de publicada el 21 de agosto en la contraportada del antecesor de Levante-EMV.

Willy Swiczka, que residía en París, es con toda probabilidad uno de los protagonistas del libro «The Hidden Children of France (1940-1945) Stories of Survival» (Los niños ocultos de Francia. Historias de supervivencia) editado por la Universidad del Estado de Nueva York en 2010. En esta obra Danielle Bailly recompone a través de 18 entrevistas de superviventes el drama que vivieron los niños judíos en Francia durante la II Guerra Mundial, que tuvieron que vivir escondidos para evitar ser deportados a los campos de exterminio nazi. Swiczka, que hablaba ocho idiomas, había nacido en Estrasburgo en 1931 y falleció en 1999 a la edad de 68 años.

Trece kilómetros cuesta arriba

Entre los cientos de voluntarios que trabajaron en la extinción de las llamas, el periódico destaca a un joven de Tavernes de la Valldigna, Rafael Monllor Ciscar. Cuenta la crónica que Rafael acudió al cuartel de la Guardia Civil ofreciéndose para marchar a apagar el fuego pero le dijeron que «esperase órdenes». «El joven, tras breve tiempo sin que recibiera el correspondiente aviso, sirviéndose de una bicicleta en mal estado, llegó a Barx (13 km cuesta arriba con un desnivel de 300 metros), trabajando denodadamente en la extinción», añade el relato.

Otros protagonistas de la crónica son el pastor Carmelo Maiques, que no pudo impedir que el rebaño de 200 cabras que tenía pastando en la Marxuquera de Gandia muriera carbonizado, o el apicultor Pascual Bixquert, quien perdió 140 de las 200 colmenas a plena producción que tenía en los montes de Pinet. El balance oficial, muy parcial al no incluir Quatretonda ni Barxeta ni Ròtova, fue de 2.136 hectáreas quemadas (1.650 de monte arbolado y 486 de matorral), y ocho millones de pesetas en pérdidas.

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