«Me asomé a la puerta para ver cómo iba todo y de repente vi el cielo rojo, había cosas rojas volando por el aire, y mucho humo». Así cuenta Anita, una mujer inglesa que vive desde 2002 en la urbanización Montesol de Marxuquera, el momento en que el fuego amenazaba su casa la noche del pasado martes. Anita y su marido, Andrew es uno de los primeros matrimonios que ha sido realojado en una de las viviendas que ha cedido al ayuntamiento una empresa. En el salón de este apartamento relataron ayer a Levante-EMV cómo vivieron el incendio forestal que casi acaba con su casa.

El matrimonio asegura que no escucharon ningún aviso de desalojo esa noche. «A las ocho y media de la tarde todo estaba tranquilo, y a las nueve de la noche empezó un viento muy fuerte», relató Andrew. Diez minutos después, cuando Anita se asomó al exterior, pudieron ver la gran lengua de fuego y humo que repentinamente invadió la urbanización. «Nos fuimos rápido con el coche, fue espantoso», apunta Anita.

Quizá por la falta de conocimiento del idioma, el matrimonio, originario de Manchester, no sabía que el Ayuntamiento de Gandia ofrecía desde la noche del lunes asistencia a los desalojados. «Como los hoteles de Gandia están más caros en agosto, nos fuimos a un hotel de Miramar, y al día siguiente, miércoles, nos quedamos en una chalet del Tossal Gros (en la Font d'en Carròs) que es de unos amigos de un conocido». Al día siguiente, jueves, acudieron por fin al Ayuntamiento. «Se portaron muy bien con nosotros, los chicos y chicas que nos atendieron eran fantásticos», dijo Andrew. La Cruz Roja les condujo hasta el apartamento turístico en la playa de Gandia donde podrán quedarse hasta que puedan volver a su chalet. «Esta mañana he tenido por primera vez la oportunidad de ver la casa, y hemos tenido mucha suerte. Por dentro la casa está bien, y es un misterio, porque otras de al lado se han quemado».