El presidente de la Generalitat , Ximo Puig, aseguró ayer que «lo que menos le interesa a España es más inestabilidad», pero cree que «si en el futuro se produce una situación en la que no hay salida, se deberán de tomar las soluciones oportunas». Así respondió en una entrevista a Europa Press preguntado por si Pedro Sánchez debería adelantar las elecciones generales en España si pierde apoyo parlamentario y se bloquea la gobernabilidad.

En lo que a la Comunitat Valenciana concierne, no hizo ninguna alusión al posible adelanto electoral que se planteó hace apenas unas semanas. Según sus declaraciones, esa situación de ingobernabilidad que podría atravesar Sánchez no parece que vaya a reproducirse aquí, con un pacto del Botànic en buen estado de salud. Esa misma confianza en los socios es para Puig clave en el espacio nuevo que se ha abierto con Sánchez, donde existe «una mayoría que ha sustentado una moción de censura que hay que articular en los mínimos necesarios para generar estabilidad», apostó el jefe del Consell.

Para Puig, el primer paso para generar esa confianza en los socios es presentar un presupuesto que «retrate a todos», e insistió en que «si a España no le interesa que haya elecciones, todos tienen que hacer un esfuerzo para hacer un presupuesto que no va a gustar a nadie al 100%, pero esto es la gestión de la diversidad», apostilló.

De hecho, para Puig, una vez constatada la capacidad «de ilusionar» a la mayoría de la sociedad tal como reflejan las encuestas, el reto de Sánchez es «sostenerla e implementar esas políticas».

Lo que también ve claro Puig es que a partir de septiembre toca «aterrizar en soluciones concretas a problemas concretos y mirar al medio y largo plazo porque no se puede un regate en el corto», y apremia al Ejecutivo a «apretar el acelerador». Puig aludió a que esa velocidad debe ser plausible en la reforma de la financiación, aunque aflojó un poco la cuerda al afirmar que «es el primer gobierno de la historia de la democracia que no solo no ha tenido ni 100 días, es que ni cinco días ni 100 horas y esto no es muy razonable tampoco».

Ratificó su buena relación con Moncloa, donde mantendrá un encuentro con Sánchez en septiembre del que todavía no se sabe la fecha. De la reunión espera obtener acuerdos a corto plazo y una estrategia a medio-largo plazo que beneficie a los valencianos. Con una buena financiación, unas inversiones justas y un Corredor Mediterráneo «en plena forma», los valencianos «podrán ser solidarios y aportar más al resto de territorios», concluyó Puig.