Sue Wilson, responsable en España del grupo Bremain, es una mujer británica de 64 años que lidera un movimiento contra el brexit desde Alcossebre. «Vine hace once años para disfrutar de unas vacaciones pero me enamoré del lugar y decidimos mudarnos aquí definitivamente», asegura esta mujer a Levante-EMV.

La activista, profesora de inglés los primeros años que pasó en el municipio de la comarca del Baix Maestrat, quiere que «el Reino Unido permanezca en la Unión Europea (UE)» y asegura que «un nuevo referéndum es inevitable, aunque no será el mismo proceso electoral de 2016». «Esta vez, queremos que la decisión no sea simplemente 'dentro' o 'fuera' de la Unión Europea, sino una votación pública sobre las condiciones del trato propuesto fuera de la UE. Una de las opciones incluidas en la papeleta electoral debe ser permanecer en la UE porque ya existe una fuerza creciente en los británicos como los 'Remainers' que apoya a su permanencia en la UE», manifiesta.

«Europea antes que británica»

Wilson, que se siente «europea antes que británica», sentencia que «un nuevo referéndum es la esperanza de comenzar a remediar las divisiones entre la población inglesa con el objetivo de detener el brexit por completo». Junto a otros expatriados británicos que viven en el resto de España, Francia e Italia impulsaron un recurso judicial ante el Tribunal Superior de Londres contra el referéndum de 2016 en el que el 51,9 % de los votantes optaron a favor de que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE). La demanda sostiene la conducta ilegal del referéndum y los expatriados británicos exigen «a la primera ministro anular la intención del Reino Unido de retirarse de la Unión Europea».

Los expatriados, organizados en un grupo denominado «EU Challenge» (Desafío de la UE), argumentaron que las irregularidades que cometió la campaña favorable al brexit, que ha sido condenada por incurrir en un exceso de gastos, «invalidan la votación». En julio, la Comisión Electoral británica determinó que la campaña «Vote Leave» (Vote por salir) superó por más de 756.000 euros su techo de gasto, que estaba situado en 7,84 millones de euros. «Queremos demostrar que no pueden ganar haciendo trampas y, si hay otro referéndum, no puede repetirse esta actividad ilegal que vivimos la última vez», explica Wilson.

El pasado fin de semana, cientos de personas protestaron en Bristol, en el suroeste de Inglaterra, para pedir una segunda consulta sobre el brexit una vez Londres y Bruselas hayan llegado a un acuerdo sobre las condiciones de salida del bloque comunitario. «La campaña de Leave violó la ley y, por eso, ponemos un recurso judicial ante el Tribunal Superior de Londres. Sin embargo, también hubo manipulación, tergiversación y mentiras sobre el brexit a escala industrial. Creo que la más destacada es la de Boris Johnson con su infame 'Autobús Rojo'», explica la responsable del grupo.

«La única manera de garantizar los derechos del resto de británicos es asegurarnos de que el brexit nunca suceda. Reino Unido merece algo mejor», concluye.