La factura energética ya supone a los hogares valencianos 2.180 euros al año, según la Encuesta de Presupuestos Familiares que elabora el Instituto Nacional de Estadística. La cifra supone un incremento del 9,9 % respecto a 2016. La gasolina es el gasto más elevado que afrontan las familias, seguido de la factura de la luz y la del gas. El incremento del coste de los derechos de emisiones de CO2 y del precio del petróleo auguran un encarecimiento prolongado de la energía.
El gasto medio por hogar en electricidad rozó en 2017 los 750 euros (745,96), un 5,35 % más que un año antes y un nuevo máximo histórico. El comportamiento de los precios en 2017 fue más inflacionario que en los años precedentes. Entre 2012 y 2016 se había contenido la escalada del precio de la luz que se inició un lustro antes por el encarecimiento del petróleo (en 2008 se acercó a los 150 dólares por barril) y por los sobrecostes que recargaron la parte del recibo que determina el Gobierno. La cotización del crudo tiene reflejo en los precios internacionales del gas natural y el carbón, combustibles con gran influencia en los resultados del mercado mayorista de la luz.
Este año 2018, el precio de la electricidad se ha disparado. El coste de la luz en el mercado mayorista (conocido como pool) se situó en julio por encima de los 60,82 euros el MWh (megavatio-hora). Esta cifra supone un incremento del 25,1 % respecto al año pasado.
Los expertos de la consultora energética ASE advierten de que el coste de la electricidad se va a mantener alto en los próximos meses a pesar de que los pantanos están llenos (lo que debería rebajar el recibo) por la subida de los derechos de emisiones de CO2 que tienen que pagar las plantas contaminantes. El mercado de emisiones de CO2 (mecanismo arbitrado por la Unión Europea para impulsar las energías limpias frente a las contaminantes) se ha encarecido un 224 % en el último año tras la entrada de especuladores financieros.
Última década
La Encuesta de Presupuestos Familiares revela que el gasto anual de los hogares en electricidad se ha desbocado en la última década. En 2007, según el INE, la factura media anual por hogar ascendió a 422,42 euros frente a los 745,96 euros de 2017. La cifra supone un incremento del 58,3 % y triplica la evolución de la inflación. En estos diez años, el IPC ha subido un 19,6%.
Carburantes
Un hogar medio valenciano gastó el año pasado 1.188 euros en combustibles para el coche familiar, según el INE. La cifra implica una subida del 11 % respecto a 2016 cuando el gasto medio fue de 1.071 euros. Los precios están muy condicionados por la cotización internacional del crudo y también por los impuestos que suponen el 50 % de lo que se paga por la gasolina y el gasóleo.
Al igual que ocurre con el precio de la luz, este año el coste del combustible se va a incrementar sensiblemente. El precio del gasóleo y de la gasolina que utilizan los conductores valencianos es hoy un 16 % y un 12 % superior, respectivamente, al que pagaron hace un año. Detrás de este incremento se esconde una subida a nivel global del precio del petróleo por encima de los 71 dólares por barril en los mercados internacionales, que es repercutida casi al instante por las gasolineras valencianas. La situación se va a complicar a partir del próximo mes de enero si el Gobierno cumple con su anuncio de incrementar los impuestos sobre el diésel.
Gas natural
El gas natural es el combustible más usado para las calefacciones y el agua caliente en la Comunitat Valenciana. La factura anual media en 2017 fue de 163,02 euros por hogar, un 4,48 % más cara que en 2016 (156,03 euros).
El gas natural también está incrementando su coste en 2018. El precio del gas natural para todos los consumidores acogidos a la tarifa regulada por el Gobierno, la TUR, subió una media del 3,6% el 1 de julio. Este aumento, según el Ministerio para Transición Ecológica, se debe al incremento de la materia prima en los mercados internacionales y a la apreciación del dólar frente al euro.
Los expertos advierten de que en el futuro la reducción de energías contaminantes elevará las tarifas si, como se da por seguro, se multiplica la demanda de gas natural para usos domésticos.
