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El joven de 34 años intentó entrar a quirófano en tres ocasiones

La primera vez que ingresó en un hospital tenía 15 años. El joven de Turís ya superaba los 100 kilos y decidió someterse a la cirugía bariátrica. Sin embargo, los especialistas aconsejan reducir en un 20 % el peso antes de entrar a quirófano en los tres años que dura la lista de espera. La primera semana la pasó ingresado en el hospital Dr. Peset de València, donde a base de una dieta de batidos, consiguió quitarse seis kilos de encima. «La primera semana te ingresan para que sigas una dieta a base de batidos y estés controlado por el personal médico, después te llevan a casa para que sigas por tu cuenta... Ese fue mi error», explicó Teo.

Y es que al volver a casa dejó de perder peso, únicamente un kilo por semana, por lo que se desanimó, dejó la dieta y volvió a engordar.

Sin embargo, al cumplir los 18 años la situación se volvió insostenible, por lo que se armó de valor y volvió a buscar en la cirugía la solución a los 240 kilos que por aquel entonces ya pesaba y recuperar su vida.

De nuevo pasó una semana ingresado (esta vez en el hospital General) en la que perdió diez kilos. El mismo proceso pero con mejor resultado. Hasta que volvió a casa; Teo se dio de lleno con la misma piedra y tropezó. Se dio cuenta, entonces, que «la dieta no era para él» y a los 32 años decidió entrar a quirófano para que le pusieran un balón gástrico. Una negligencia médica, no obstante, hizo que este reventase dentro de su cuerpo, pues según Dévora Rodríguez «no habían hinchado correctamente el balón».

Pero fue hace dos meses, momento en el que su cuerpo se hinchó de líquidos y dejó de andar, cuando comenzó el infierno que arrastra hoy día.

Una enfermedad que le llegó con siete años debido a un problema de tiroides, pero que no fue hasta hace una semana cuando sintió realmente su vida truncada.

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