Más de 2.200 aspirantes haciendo el examen y solo un 7,9 % de aprobados. Ese es el balance de la última oposición pública convocada por la Conselleria de Sanidad para cubrir 68 plazas de técnico de radiodiagnóstico en turno libre y promoción interna. Lo inusual de los resultados (solo 174 personas en turno libre han pasado el corte de los 3,5 puntos para considerarse como aptos) ha devenido en un aluvión de quejas ante la Administración, centradas, sobre todo, en lo difícil que resultaron las cuestiones y en el poco tiempo que se dio a los opositores para responderlas.

Así consta en las diversas alegaciones presentadas ante la Conselleria de Sanidad y que podrían llegar a las 300, según fuentes de los propios opositores que han creado un grupo para «hacer fuerza» ante la Administración por lo que consideran un proceso «irregular» en varios frentes.

Por lo pronto, han pedido repetir el examen por el que pasaron el pasado 25 de marzo porque el nivel de la prueba era «desproporcionado» con la categoría de técnico en radiodiagnóstico, ya que se incluían técnicas como pruebas de intervencionismo «a las que no podemos acceder de manera habitual».

De forma añadida, aseguran que el tiempo que se les dio para responder era «totalmente escaso», además para enfrentarse a preguntas que eran «difíciles de leer, largas y con cuestiones contradictorias», que ya habían sido puestas en cuestión e incluso se habían impugnado.

Desde los sindicatos reconocen que el bajo resultado de aprobados es algo «inusual», aunque sí es una oposición que consideran «técnica» y por lo tanto más dada a que se puedan dar este tipo de situaciones.

Con todo, fuentes sindicales auguraron un mal futuro a estas alegaciones «por numerosas que sean», dado que los tribunales designados para organizar cada una de las oposiciones que se están desarrollando este año «son soberanos siempre en las cuestiones del temario y la planificación».

De hecho, desde los sindicatos han solicitado la creación de una comisión de asesores que controle todos los procesos de oposición, ya que entienden que los convocados este año -3.608 plazas en las oferta de empleo público acumuladas de 2014, 2015 y 2016-han creado mucho descontento «por la dificultad media de los exámenes y por un control bastante débil».

Preguntas conocidas

En las alegaciones presentadas por los aspirantes apeados en la oposición de radiodiagnóstico se repesca también otra cuestión que ya generó revuelo cuando se celebró la prueba: algunas de las preguntas que tuvieron que contestar los opositores formaron en su día parte del temario que se estudiaba en el módulo de radiodiagnóstico del centro de FP Santa Ana ya que el presidente del tribunal daba clases allí.

En las alegaciones presentadas por los opositores, y en las que se pide la anulación, se apunta también a que este profesor no debía haber sido presidente del tribunal al estar dando clases en este centro de formación profesional. De hecho, piden una «investigación» por si existe «alguna incompatibilidad como profesor».

Desde los sindicatos ya se denunció en su día la coincidencia aunque el proceso no se llegó a impugnar ya que ninguno de los alumnos que habían hecho en el centro de FP esas pruebas como parte de sus exámenes habían podido, por fechas, presentarse a la oposición, de ahí que se entendiera que no existió «trato de favor». Tampoco el motivo de ser profesor en un centro de FP es motivo de exclusión para ser parte del tribunal aunque sí lo sería si la formación la estuviera dando, sin embargo, en un centro de formación para opositores.