No cabe duda de que el presidente del Gobierno Pedro Sánchez exporta algunas ideas implantadas en la Comunitat Valenciana al territorio español. Ayer, sorprendía con dos gestos que de manera indiscutible algo tienen de influencia valenciana: este fin de semana reunirá a sus ministros en la finca Quintos de Mora, en Toledo, para tener reuniones en un ambiente distendido, antes de iniciar su gira por Iberoamericana y semanas antes de reactivar el curso parlamentario.

Este retiro espiritual ha sido una de las rutinas establecidas por el Botànic desde que Ximo Puig se hiciera con la presidencia de la Generalitat. Desde 2015, el pleno del Consell se retira dos veces al año durante un fin de semana en el «Seminari del Govern», que les ha llevado a reflexionar sobre el rumbo de gobierno en distintos puntos de la C. Valenciana. El último de ellos fue en julio en Castalla, pero antes de eso ya visitaron Morella, Sagunt, Torrevieja y Ademuz.

La finca elegida por Sánchez para pasar el fin de semana junto a su Gobierno se une a otra iniciativa que también tuvo el Botànic al llegar al gobierno. Ximo Puig y Mónica Oltra aplicaron la política de la transparencia también en sus sitios de trabajo y abrieron -literalmente- las puertas del Palau de la Generalitat y del Palau de Valeriola (junto a siete palacios más) para que el público pudiera visitarlos. Ahora es Sánchez quien invita a visitar la Moncloa a partir de septiembre. Según anunciaron ayer, se podrán recorrer los jardines, entrar en la sala del Consejo de Ministros así como la sala de ruedas de prensa.

El domingo, Levante-EMV analizó las iniciativas con acento valenciano que el presidente había llevado a Madrid y que se impulsaron en la Comunitat desde 2015, como la Sanidad Universal, la acogida de inmigrantes, la eliminación del copago o el pacto contra la violencia de género.