La investigación policial sobre el macabro crimen de un hombre de 69 años muerto a puñaladas en Alicante dos semanas después de casarse en Sax descarta que María Concepción M., conocida como Conchi por sus allegados, sea una viuda negra. Dos de los anteriores maridos de la mujer de 45 años detenida junto a su supuesto cuidador de 58 años, viven en Villena y en Alcoi, mientras que el tercero sí que fue víctima de una muerte violenta, pero fue degollado en febrero de 2016 en Ibi por su propio hermano, crimen por el que fue condenado a diez años de prisión el pasado verano y con el que la ahora arrestada no tuvo relación alguna.

Los investigadores del Grupo de Delincuencia Violenta de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante continuaban ayer con sus pesquisas para tratar de establecer el móvil concreto del asesinato de José Luis. Los dos detenidos se acogieron a su derecho a no declarar en la Comisaría Provincial. La esposa de la víctima y su cuidador, quien al parecer también mantenía una relación sentimental con Conchi, pasarán hoy a disposición del juzgado de guardia, donde podrían arrojar algo de luz sobre el caso.

Móvil pasional o económico

Mientras tanto, las hipótesis son variadas, desde un móvil pasional hasta supuestos intereses económicos que podría haber tenido la víctima al contraer matrimonio con Conchi o de ella respecto de José Luis.

Sobre lo que no tienen dudas los investigadores es de que el crimen fue premeditado. Un amigo de la víctima que estuvo con José Luis en Guardamar hasta dos horas antes del asesinato ha relatado a este diario que le prestó su furgoneta porque Conchi, con la que el fallecido ni siquiera durmió la noche de bodas el pasado 4 de agosto, le citó en Alicante para una «cena romántica con velas». Según este amigo, la presunta asesina le advirtió de que iba a ir vestida con pantalones y una gorra, «como de camuflaje», porque tenía que ir a poner unas flores en una zona donde «depositó las cenizas de una hija que falleció y tenía que saltar una valla porque ahora habían construido allí».

Los indicios apuntan a que la cita en un aparcamiento de tierra de la calle Sol Naciente de Alicante fue una encerrona para acabar con la vida de Jose Luis sobre las diez de la noche del pasado lunes. Una policía nacional que estaba fuera de servicio pudo presenciar cómo el cuidador detenido le apuñalaba más de una docena de veces mientras la esposa estaba de pie y le sujetaba. En ese momento no pareció necesitar la silla de ruedas que usaba y estaba en la escena del crimen.

El vecino de Guardamar que le prestó la furgoneta a José Luis, y una de las pocas personas que acudió a la boda civil celebrada el pasado 4 de agosto en el Juzgado de Paz de Sax, explicó a este diario que la víctima le contó que su esposa le dijo que iba a recibir una indemnización de 200.000 euros por un accidente de tráfico. Al estar pendiente del cobro del dinero presuntamente simulaba tener una discapacidad mayor de la que realmente tiene reconocida, según le contó a este vecino la víctima, quien también le aclaró que únicamente cuando viajaba lejos de Alicante se relajaba y no usaba la silla de ruedas. La esposa también le dijo que tenía una fábrica de calzado, tres hoteles y una granja, extremos que la investigación no ve creíbles.

El amigo de José Luis señaló que el cuidador de Conchi conocía a la víctima y le propuso el matrimonio con el fin de evitar que a ella la internaran en una residencia. Asegura que no le pagaron dinero a cambio, por lo que no se explica cuál pudo ser el móvil del asesinato. A la boda y posterior comida en un local de Sax apenas acudieron seis personas, entre ellas este vecino de Guardamar, el cuidador detenido y la pareja que contrajo matrimonio.

Los detenidos planeaban casarse

La noticia de la detención de Conchi M., de 45 años, y de su cuidador Francisco P., de 58, por el homicidio del jubilado de 69 años con el que ella había contraído matrimonio dos semanas atrás en el Juzgado de Paz ha causado estupor e incredulidad en Sax.

Conchi y Francisco ocultaron a la víctima que ambos mantenían una relación sentimental desde hacía más de un año y que tenían planes de boda. De hecho, según ha podido averiguar este diario, él se mostraba muy ilusionado con su nueva pareja -está separado y tiene un hijo- y llegó a comentar varias veces en su entorno más cercano que se iban a casar muy pronto. Ella siempre salía a la calle en silla de ruedas y él cuidaba de ella. Una tarea que alternaba con pequeños arreglos de albañilería, fontanería y electricidad en domicilios particulares que realizaba por cuenta propia. Y hasta que ambos se conocieron, muy probablemente en Sax, Francisco Pérez había residido durante los últimos ocho años en una casa de campo situada en la carretera comarcal que une las localidades de Sax y Salinas.

Llevaban una vida muy discreta y apenas son conocidos en Sax porque procedían de otros municipios y comenzaron a vivir, hace poco más de un año, en un inmueble del barrio Hispanoamérica construido hace 45 años donde solo hay cuatro pisos. Según han relatado los vecinos consultados por este diario, la pareja no se relacionaba ni en el barrio ni en el edificio donde residía. Pasaban completamente inadvertidos y se ausentaban largas temporadas. Nadie sabía nada del pasado de Conchi, de su familia ni de su procedencia. Solo se la veía junto a su pareja y a la vez cuidador cuando ambos acudían a un bar cercano para tomar unas cañas.